Sin salir de Cuba
Es conocida la odisea de esta obra. Basada en una relato de Senel Paz, fue convertida en película de éxito por Tomás Gutiérrez Alea, con guión del propio Paz, y adaptada luego por un sinfín de dramaturgos para su representación escénica, hasta que Senel Paz se decidió a escribir su propia versión para la escena. Es un curioso viaje, que parte del relato breve para convertirse en filme de gran formato y ajustarse después a la dimensión estilística propia del teatro. El relato del encuentro entre un homosexual más o menos dichoso con su condición y un férvido y joven militante de la revolución castrista hizo saltar chispas en la sociedad cubana de principios de los noventa, donde circuló en miles de fotocopias hasta que la Unión Nacional de Escritores se decidió a publicarla, y desató la polémica al convertirse en película. La versión teatral trata de mantener una fidelidad al original que resulta cronológicamente imposible después del filme. Pero no por ello naufraga Carlos Díaz, quien ha recurrido a registros diversos de ámbito estrictamente teatral, sobre todo en su trabajo con los protagonistas, para montar una fábula cuyo calado va, en ocasiones, bastante más allá de la mera confrontación entre dos personajes de apariencia heterogénea. Algunas exageraciones gestuales en la interpretación del homosexual, en el contexto de una puesta en escena que nunca trata de dramatizar lo doméstico, se complementan con la ingenua severidad de su oponente, quien ya protagonizara la película, en un montaje que atiende muchas veces más a las sensaciones que preceden a lo dicho que al peso propio de las palabras, sugiriendo así una cierta zona difusa bastante ajustada a las intenciones de la obra.
Fresa y chocolate De Senel Paz
Intérpretes, Vladimir Cruz, Fernando Echevarría, Alfredo Alonso. Dirección, Carlos Díaz. Teatro Olympia. Valencia, 3 de junio de 1998.
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