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El TDK convierte a Manresa en capital

Manresa, en el corazón de Cataluña, se ha sentido esta semana como una nueva capital del país. Un deporte y un equipo, el baloncesto y el TDK, han situado a la ciudad en el primer plano de la realidad informativa. Estas ansias históricas que tiene la ciudad de convertirse en la quinta capital provincial de Cataluña se han visto cumplidas, aunque sólo sea por unas horas, de la mano de los éxitos deportivos. Y la ciudad, los políticos, los industriales, los comerciantes, los trabajadores, los ciudadanos en definitiva, se han sentido bien en ese papel. El equipo de baloncesto de la ciudad, el TDK Manresa, se ha proclamado, de forma tan brillante como sorprendente, campeón de la liga ACB y la ciudad ha vibrado al lado de sus héroes: Creus, Capdevila, el capitán Singla, el técnico Luis Casimiro. Desde la noche del jueves hasta ayer, la ciudad y club han vivido en perfecta comunión, una fusión que suele acompañar a las grandes hazañas y que hasta los últimos años era desconocida en Manresa. Una ciudad que a menudo es tachada de gris ha logrado en estos últimos días ser una ciudad unida y alegre, y además, una ciudad con "una alegría sana", como reconocía ayer un comerciante del centro de la capital del Bages. Ha sido una comunión sin excepción que ha impregnado todos los sectores de la población. Incluso un farmacéutico, representante de un sector poco dado a la exteriorización de los estados de ánimo, colocó un cartel en su oficina que rezaba: "¿Para qué queremos Viagra si en Manresa tenemos TDK?". La victoria del TDK está repleta de hechos ejemplares: de cómo un hombre de 41 años, Joan Chichi Creus, puede liderar un equipo; de cómo un club con una masa social relativamente pequeña, 3.000 abonados, y un presupuesto considerado pequeño puede lograr tales éxitos; de cómo hombres lesionados pueden sobreponerse al dolor para darlo todo en la cancha, como el norteamericano Brian Sallier, que posiblemente hoy será sometido a una artroscopia en la rodilla izquierda para solucionar una vieja lesión. La humildad, el trabajo, la voluntad, la fuerza, la constancia son los adjetivos que mejor definen los logros deportivos de este club de baloncesto con 67 años de historia y que desde hace casi 30 está en el primer nivel español, aunque siempre como uno de los más modestos.Esta temporada era el club con el cuarto presupuesto más bajo de la liga ACB, 358 millones de pesetas, y su ciudad, de 64.000 habitantes, es la más pequeña de España de las que tienen un equipo en la ACB. Muchos de los referentes deportivos tienen su comparación en el ámbito político. El TDK Manresa, a pesar de los triunfos de las últimas temporadas, siempre ha sido un equipo de segundo nivel dentro del baloncesto catalán, y la ciudad, a pesar de sus ansias de ejercer de capital de la Cataluña central, tampoco ha llegado a actuar como tal. Su alcalde, Jordi Valls, no ha cesado en los últimos días de pedir "más protagonismo para las ciudades intermedias" del país; el presidente de la entidad, Valentí Junyent, minutos después de conseguir el triunfo de liga, ya afirmaba que esta victoria contribuía al "reequilibrio territorial" que tanto se propugna desde el Gobierno catalán, y ayer, el mismo presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que recibió al equipo, también insistió en esta idea. El alcalde, consciente de que la euforia deportiva es pasajera, asegura que los deseos de capitalidad "no se verán cumplidos ni por una victoria ni por un decreto administrativo, sino por el esfuerzo hecho día a día". Pero en el camino hacia esta situación, el primer edil manresano espera que el país en su conjunto cuente más con esas ciudades intermedias, como Vic, Igualada y Granollers.

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