Los consejeros del Kursaal posponen cualquier decisión hasta conocer la propuesta de Sudupe

El Consejo del Administración del Kursaal acordó ayer posponer su decisión sobre el futuro de la sala de exposiciones y la programación cultural tras la petición del diputado general, Román Sudupe, de que le concedan tres días para presentar una propuesta "integral" en la que también se incluirá la fórmula con la que el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Guipúzcoa van a financiar el desfase de 1.800 millones en el proyecto de Rafael Moneo. El arquitecto navarro intervino ayer en la reunión del consejo para explicar las razones del aumento presupuestario.

Román Sudupe quiere traducir a propuestas precisas el acuerdo político alcanzado el pasado miércoles, cuando se reunió con el alcalde donostiarra, Odón Elorza, y el presidente de la Kutxa, Fernando Spagnolo. Uno de los escollos principales reside en la fiscalidad que puede gravar las aportaciones de cada institución, tanto de las públicas como de la entidad de ahorro, que podría adquirir la sala de exposiciones por una cantidad intermedia entre las que se han barajado hasta el momento. El alcalde se mostró ayer muy cauto tras la reunión del consejo, que se prolongó durante dos horas y media. No obstante, resaltó que los consejeros que representan al tripartito y al Partido Popular en la sociedad del Kursaal habían exhibido una "actitud muy positiva" que abre un período de reflexión para que "las instituciones puedan formular sus soluciones". Sudupe intentará cerrar este fin de semana su propuesta de consenso con el partido socialista y Eusko Alkartasuna. Elorza pronosticó, sin embargo, que quizás haya que agotar el mes de junio para dar el carpetazo definitivo a los problemas de indefinición suscitados por la financiación, la sala y la programación cultural. En la próxima reunión del consejo, convocada para dentro de quince días, se decidirá a qué empresa se adjudica la explotación de los servicios de cafetería, restaurante y catering. Tres compañías compiten por hacerse con la gestión, que reportará al Kursaal unos ingresos anuales de alrededor de 30 millones de pesetas. Los candidatos son los restauradores Martín Berasategi, quien ya explota el restaurante del museo Guggenheim; Juan Marí Arzak y Pedro Subijana, que han presentado una oferta conjunta, y una empresa de Bilbao. El consejo también deberá resolver la forma de gestión de las 500 plazas de aparcamientos construidas bajo el Kursaal. En principio, se van a destinar 300 plazas para rotación y el resto, para alquiler a residentes por un precio de 16.000 pesetas al mes. No obstante, Elorza no descartó que alguna empresa pueda presentar una oferta "muy interesante" para gestionar el aparacamiento. Incremento modesto El arquitecto Rafael Moneo, quien intervino en la reunión del Consejo de Administración para explicar las mejoras que incrementaron el presupuesto de los cubos en 500 millones de pesetas, comentó antes de reunirse con los consejeros que "en términos relativos el incremento económico es modesto, dado que procede de mejoras en el acondicionamiento escénico, en la calidad de los pavimentos y el acabado de las fachadas". El arquitecto navarro remarcó que la desviación al alza en el presupuesto del Kursaal "es modesta, todo depende de cómo se presenten las cifras, pero con relación al presupuesto de la obra adjudicada el aumento es de tan sólo el 6%". Así y todo, reconoció "el esfuerzo que están realizando las administraciones públicas, porque en conjunto se están invirtiendo cantidades importantes". Rafael Moneo no quiso referirse al desplome de la escalera que se estaba construyendo en la entrada del Palacio de Congresos y se remitió "a las conclusiones de los últimos análisis y estudios. Entonces habrá ocasión de explicar cómo se produjeron los hechos". El diseñador del Kursaal se mostró reacio a hacer comentarios en torno al proyecto y a la repercusión que tendrá para la capital guipuzcoana. No obstante, sí indicó que "el complejo satisface la necesidad que la ciudad tiene de disponer de un espacio en el que puedan producirse congresos y acontecimientos culturales. No creo que vaya a cambiar la visión que la ciudad tiene de sí misma, pues en último término se trata de proporcionar una dotación". Rafael Moneo visitó posteriormente las obras del Kursaal, donde se está efectuando una revisión exhaustiva de algunos elementos de la construcción para evitar accidentes como el de la escalera.