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Entrevista:

"Es bueno que los festivales flamencos se queden atrás"

Pianista, compositor, flamenco, joven, gitano, genial, abierto por dentro y por fuera a todas las músicas y expresiones, formado de tres ubres, la familiar de cepa y duende genuinos -sus abuelos El Perrate y La Perrata, su padre Pedro Bacán, su tío El Lebrijano, también Fernanda y Bernarda de Utrera-, la cultura paya de los conservatorios y músicas afroamericanas como el jazz, David Peña Dorantes (Lebrija, 1968) ha dejado enrarecidos a unos y asombrados de talento a la mayoría. Tras la Bienal de Sevilla de 1996, corrobora ahora en su disco Orobroy (EMI, 1998) que en el país de la música no hay más frontera que la mentira y la falta de alma y rigor. David, que en muchos temas sinfoniza el flamenco como Piazzolla hizo con el tango, tiene pasaporte diplomático. Pregunta. Su padre Pedro Bacán o su tío Juan Peña, El Lebrijano, han sido pioneros, rupturas, mezclas e integraciones. R. Si escuchas el disco El cante y el toque de Pedro Bacán de hace 20 años hay temas que son actualísimos. Yo he tenido unas facilidades que no todo el mundo tiene. P. Orobroy quiere decir pensamiento en calé: y le ha salido un disco pleno de raza y tensión pero también de ideas. R. Es que el flamenco puede pensarse. Su riqueza nace de la expresión y del intimismo. Si a esa expresión la llenas de descubrimientos y de las cosas que te rodean, se enriquece. P. Tiene influencias impresionistas. ¿Era Debussy flamenco? R. La escuela y las armonías de Debussy influyeron mucho también en la música española de este siglo y en el jazz. Y forman parte de un momento de mi vida. Pero la música que ahora mismo estoy haciendo se relaciona más con las estructuras de Béla Bártok. La trayectoria de un músico es como la vida de un hombre. Ahora estamos en la pubertad del flamenco, estamos creciendo. Se respira un cambio no sé si para estabilizarse o seguir cambiando. El músico flamenco debe conocer esa obra que todos los cantaores han dejado y a partir de ahí, hacer cosas nuevas y saltar hacia delante. P. Ya no dependen de que el señorito les recoja a las tres de la mañana para alegrarle la fiesta. R. Ese estado de necesidad ha pasado. Ahora se incorporan cosas nuevas porque las formas de vida han cambiado. Por ejemplo los festivales flamencos se están quedando atrás y eso es bueno porque la verdad un tío saliendo a cantar a las tantas al aire libre con la gente tomando cervezas en la barra me parece deprimente. El flamenco tiene que dignificarse porque es intimismo y debe hacerse en salas y pasar luego al teatro grande.

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