Deportes de vértigo
Los especialistas en deportes de alto riesgo mostraron sus habilidades en el parque Juan Carlos I
Rápidos, impresionantes, arriesgados. Los deportes que ayer se practicaban en el parque Juan Carlos I daban vértigo. Hubo parapente con motor, exhibiciones de patines en línea, demostraciones de bicicleta BMX y mangas de bicicleta de montaña por precipicios. Y de fondo el buen ritmo de la música del grupo vasco Los Bonzos. Todo formaba parte de un espectáculo denominado Urban Show G-Shock que ya ha recorrido media España.Auténticos especialistas en las habilidades del aire y profesionales del riesgo actuaron en cada plataforma ante la exclamación y los aplausos de 5.000 personas.
José Felix Hormaetxe, de 17 años y Jon Linacero, de 16, viven pegados a unos patines. En este mundillo son conocidos como Zipi y Zape. Fueron los primeros en actuar en un rampa de madera en forma de U con una altura de cuatro metros. Ambos son los mejores de España en half pipe (medio tubo). Antes de salir a su escenario natural, se colocan rodilleras, coderas y un casco. "Para llegar a dominar el aire y los patines hace falta tener mucha sangre fría", dice José Felix. "Aunque parezca mentira ahora tengo más caídas que antes, pero ahora las amortiguó mejor", agrega.
A la misma plataforma de half pipe se lanzó Eduardo Torreros con una bicicleta. Eran las 19.00 horas. Eduardo sube, baja, gira con virulencia en la estructura semicircular. Está considerado como uno de los mejores del mundo en estos equilibrios. "Me he roto todos los huesos", bromea este joven vecino de Bilbao que se queja de la falta de las instalaciones para practicar este deporte.
Malabarismos
Sobre una diminuta bicicleta de nueve kilos, valorada en 150.000 pesetas, César Caña, de 23 años, embobó al público con sus malabarismos. Excepcional fue su salto a un escalón de dos metros. Desde el suelo se impulsó hasta un armazón en una súbita arrancada. Aún más atrevido fue su salto al vacío desde el techo de un camión, a tres metros de altura. César es un ídolo entre los aficionados al BMX. "Lo peor es enfrentarte al vacío. Cuesta mucho ganar y ganar altura", dice.También causó sensación el parapente motorizado. Un malagueño de 27 años, Cristóbal Aranda, cruzó en vuelo rasante los aires del parque en una vela de 30 metros propulsada con un bimotor de hélices de carbono. Cristóbal es el inventor de este parapente con motor que se pliega en una mochila. "Lo inventé para visitar a mi novia en Torremolinos, así no tenía que soportar atascos", bromea.
No todas las especialidades de esta exhibición, organizada por la empresa de comunicación Last Lap, estaban reservados a los expertos. Algunos aficionados rodaron por una rampa de un kilómetro para ciclistas o patinaron en la plataforma de madera. Juan, de 34 años, se puso los patines por primera vez. Cayó al suelo hasta cuatro veces. "Es mejor mirar", resopló.
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