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El PP sólo se explica su "bloqueo" en las encuestas por la solidez del voto que mantienen los socialistas

Javier Casqueiro

El impacto del último barómetro político del Centro de Investigaciones Sociológicas, que sitúa al PSOE por encima del PP en casi dos puntos y que el Gobierno ha querido aplacar con un sondeo específico sobre el debate del estado de la Nación y con paupérrimas explicaciones del efecto Borrell, ha dejado descolocados a varios ministros y dirigentes del PP. Hasta ahora, los populares, tras más de dos años en el poder, justificaban su lento despegue electoral del PSOE en que lo importante no era tanto la escasa distancia que tomaban sobre el principal partido de la oposición sino la tendencia. Pero esa curva tampoco es favorable. Se buscan razones, y de momento no se encuentran muchas.El portavoz del Ejecutivo, Miguel Ángel Rodríguez, confesó esa impotencia el viernes tras el Consejo de Ministros: "Entendemos que estamos gestionando bien, que los españoles están satisfechos con el Gobierno y que, por las circunstancias que sean, deciden que, a pesar de eso, no van a votar al Gobierno. Bueno, pues esto es lo que hay, parece ser. O, al menos, lo que había al día siguiente de las primarias del PSOE. Pero creo que a fecha de hoy se ha producido un vuelco. Tampoco nos preocupa mucho. Quedan dos años hasta el 2000 para celebrar las elecciones".

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Gobernar a golpe de sondeo

Otro de los máximos dirigentes del PP aporta esta idea: "Hay que pensar que no es casual el nivel de votos que mantiene el PSOE en todos los sondeos a pesar de todo lo que le ha pasado. Esto ratifica que los socialistas tienen en este país un suelo de votos de cemento armado".

Frente a estas evidencias, que el PSOE acoge con la naturalidad de apelar a que el país es ideológicamente progresista y de "centro izquierda", se plantean en el PP numerosas y desconcertantes observaciones. Ministros del Gabinete de José María Aznar, miembros del grupo parlamentario del PP y responsables del partido admiten que no todo lo que les sucede debe achacarse al efecto Borrell o a la ineficacia de Miguel Ángel Rodríguez. Estos dos factores se dan por asumidos pero se razona que debe haber algo más de fondo. El siguiente paso, el que apunta a Aznar, es muy complicado de asimilar, y más en público.

Un destacado miembro del Gobierno apuntó su confianza en que los españoles sepan apreciar, en los primeros meses del próximo año, los beneficios concretos para su bolsillo de la reforma del impuesto de la renta.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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