La lluvia desluce el Rocío de Montmeló

Nadie, ni siquiera el consejero de Bienestar Social, Antoni Comas, escapó al breve pero intenso chaparrón que ayer por la tarde cayó sobre Montmeló. Uno más de los diversos aguaceros de la jornada que deslucieron las celebraciones de la 27ª Romería del Rocío en Cataluña que organiza la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña (FECAC). Mientras una excavadora acumulaba el barro a un lado de la explanada central, donde el viernes se instaló la imagen de la Virgen procedente de la parroquia de Cerdanyola del Vallès, los romeros se refugiaban en las casetas de las hermandades, las tiendas de campaña repartidas en unas 200 parcelas y el bar emplazado a la entrada del recinto colindante del circuito de Montmeló donde, desde hace cinco años, se celebra la romería. No más de 3.000 personas estaban presentes a la llegada de las hermandades de los sinpecado, recibidas con los tradicionales sonidos de campanillas, tambores, cañas rocieras, cantos y vivas a la Virgen. Pero la mirada de los presentes se repartía entre el suelo embarrado y el cielo a la espera de que mañana cesen las lluvias y el sol acompañe la misa de los romeros a las once de la mañana y en especial el Santo Rosario de la Aurora, a las doce de la noche. La despedida será el lunes a las siete de la mañana con la misa del alba. Hasta entonces, como se oía decir, "de aquí no nos mueven aunque llueva todo el día". Una muestra de que "el Rocío se vive en Cataluña casi con más fervor religioso que en Andalucía", según afirmaba uno de los organizadores. El próximo año el Rocío se celebrará en Montmeló, pero no en los mismos terrenos. El Consorcio de la Zona Franca tiene previsto construir un polígono industrial. "El Consorcio tiene interés en que el Rocío se siga celebrando aquí y probablemente será en unos terrenos colindantes", afirma Francisco García Prieto, presidente de la FECAC.