El etarra Lasarte, condenado a 82 años por el asesinato de Múgica
El etarra Valentín Lasarte, de 34 años de edad, fue condenado ayer a 82 años de cárcel por su participación en el asesinato, en 1996, del abogado Fernando Múgica Herzog, hermano del que fuera ministro socialista de Justicia Enrique Múgica. Sin embargo, la pena no tendrá ningún efecto debido a que Lasarte ya está condenado a otras superiores a los 30 años, el máximo tiempo de prisión que se prevé en la legislación española, como autor de varios asesinatos más.
Valentín Lasarte, natural de San Sebastián, deberá indemnizar con 50 millones de pesetas a los herederos de Fernando Múgica. Pero, como está considerado insolvente, no la pagará.El tribunal ha estimado todas las acusaciones del fiscal y ha apreciado la existencia de dos delitos de atentado a agente de la autoridad, ya que, en la fuga, Lasarte y sus compañeros dispararon contra el coche ocupado por dos miembros de la policía vasca; robo con intimidación y falsificación de matrículas, por el vehículo sustraído para perpetrar el crimen, además del asesinato en sí.
La sentencia destaca la imposibilidad de defensa por parte de Múgica y la falta absoluta de riesgo para el agresor. También señala que, aunque Lasarte aseguró en el juicio que los etarras sólo quisieron asustar a los ertzainas, los disparos fueron realizados "con ánimo de matar, como se deduce del lugar de los impactos, y todo ello a sabiendas de que el vehículo estaba ocupado por policías".
Los magistrados declaran probado que Lasarte formaba parte de un comando de ETA desde 1992 y que, después de una campaña de atentados, se refugió en Francia, junto con otros integrantes del grupo, hasta el 12 de enero de 1996, cuando un dirigente de la banda terrorista les ordenó que pasasen a España con el fin de realizar nuevos atentados, entre los que figuraba el asesinato de Fernando Múgica como el más inmediato para que no coincidiese con la campaña de las elecciones del 3 de marzo.
Por la espalda
Lasarte y otros dos terroristas se escondieron en dos pisos francos, en Astigarraga y Andoain (Guipúzcoa). Durante varios días, y con el coche proporcionado por otro miembro de la organización, se dedicaron a comprobar los datos sobre los movimientos y costumbres de Múgica.El 5 de febrero de 1996, los tres integrantes del comando, junto a un miembro de la infraestructura del grupo, cambiaron las placas de matrícula de un coche y se dirigieron a San Sebastián, hasta las proximidades del despacho de abogado de la víctima. Pero, a pesar de que estuvieron esperándole, Múgica no apareció ese día, por lo que decidieron volver al siguiente.
El día 6 los terroristas chocaron con otro coche durante el trayecto, pero no se detuvieron, sino que llegaron al centro de San Sebastián y esperaron a Múgica en la esquina de la calle de San Martín con la plaza del Buen Pastor. Cuando éste pasó por el lugar, le siguieron y uno de los compañeros de Lasarte se aproximó a él por la espalda y le disparó en la cabeza, a muy corta distancia, causándole la muerte.
El hijo de la víctima, José María Múgica Heras, se enfrentó a Lasarte, pero fue encañonado por el otro terrorista y tuvo que dejarles huir. Los dos etarras se montaron en el coche que les esperaba y se dieron a la fuga.
En la huida, y por medio de un receptor de comunicaciones que llevaban en el vehículo, se enteraron de que habían sido localizados. Un coche de la policía vasca inició la persecución, pero los terroristas dispararon con una pistola y un subfusil contra los agentes y consiguieron huir y esconderse en el piso franco de Andoain.
Tres semanas más tarde, Lasarte se trasladó a Astigarraga, donde estuvo viviendo hasta que fue finalmente fue detenido.
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