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Lasarte admite que cerró las cuentas de 1992 y denuncia como "grandiosa mentira" las pérdidas

El ex consejero delegado de Banesto Enrique Lasarte, acusado por falsedades contables, declaró ayer que no había sido responsable de las cuentas de Banesto en 1992 y 1993. El primero de los ejercicios, dijo, correspondía a su antecesor, Juan Belloso, y el de 1993 fue cerrado tras la intervención del 28 de diciembre de 1993. Sin embargo, a preguntas del fiscal, Lasarte admitió que fue él quien cerró, ya en 1993, el balance y las cuentas de 1992. El acusado denunció a Alfredo Sáenz, presidente del banco, y "la grandiosa mentira" de las pérdidas de 605.000 millones.

Enrique Lasarte acudió ayer muy seguro de sí mismo a una declaración que fue un partido con dos tiempos. En el primero, el fiscal Javier Sánchez Junco preguntó por aspectos generales del caso Banesto.Ya desde el comienzo mismo, Lasarte dejó en claro que había escuchado durante el juicio "muchas elucubraciones" y que aspiraba a explicarlo todo. "Todo tiene una lógica, se trata de buscar tres pies al gato. Todo lo que se está hablando en esta sala... espero transmitir a esta sala esa explicación lógica", dijo.El fiscal le preguntó por diversos créditos y avales concedidos por el Banco de Vitoria, que presidía Lasarte en 1990, a la sociedad instrumental Valyser, que adquirió un 40 % de Isolux. Lasarte era entonces miembro del consejo de administración de Banesto, presidente del Banco de Vitoria (100% de Banesto) y miembro de la comisión ejecutiva de la Corporación. Según explicó, conoció a Eugenio Martínez Jiménez por un amigo común. "Luego me encontré con él en el banco", dijo, refiriéndose implícitamente a Banesto. El fiscal le preguntó por la sociedad Inversiones del Condado, en la que Lasarte fue socio de Martínez Jiménez. Según Lasarte, su amigo, aquel que le presentó a Martínez Jiménez, le dijo un día que tenía un familiar turco que aspiraba a montar un negocio de venta de letras luminosas. "Le dije a mi amigo que hablase con el señor Martínez Jiménez para ver si el negocio podía tener interés", explicó Lasarte. Y, siguió, "Martínez Jimenez propuso hacer una pequeña inversión de 250.000 pesetas cada uno para estudiar el mercado". Los estudios aconsejaron abandonar la idea. "Recuperamos luego unas 100.000 pesetas de lo que habíamos puesto", dijo Lasarte.

El fiscal Sánchez Junco le preguntó por su socio, Eugenio Martínez Jiménez, y Lasarte reaccionó:

-Hombre, señor fiscal, decir que era socio del señor Eugenio Martínez Jiménez... Es una exageración... Para que no quede en los papeles, no me importa nada ser socio en buenos negocios del señor Martínez Jiménez, pero eran sólo 250.000 pesetas... Eso es ser socio...

-Es que no se me ocurría cómo llamarlo... dijo el fiscal. Según Lasarte, las relaciones comerciales entre Valyser y el Banco de Vitoria siempre estuvieron guiadas por "la rentabilidad de avales y créditos" que se concedieron.

El fiscal se interesó por el hecho de que la sociedad suiza Jamuna obtuviera un crédito del Banco de Vitoria contra un pagaré de la Banque Cantonale Vaudoise (BCV) y que al no pagar ese préstamo el aval no se ejecutara. Lasarte dijo que no recordaba el hecho pero que, en todo caso, debió hacerse por conveniencia del banco. "Muchas veces no se trata de ejecutar inmediatamente cuando el cliente no paga", dijo. El fiscal le señaló que Valyser vendió a la instrumental Ibiser el 30% de Isolux en enero de 1993 y que la operación se instrumentalizó a través de pagarés descontados en el Banco de Vitoria.

-A usted no le llamó la atención... no le alarmó

-Seguramente sería una operación buena para el Banco de Vitoria...

-No, le digo porque usted también era miembro de la comisión ejecutiva de la Corporación. Y si Valyser vendía un 30% de Isolux eso era para ustedes importante.

-No me alarmó, señor fiscal. No veo causa de preocupación. Hice lo que debía hacer.

El fiscal preguntó por los préstamos al Centro Comercial Comercial Concha Espina y a Oil Dor. Lasarte insistió en que eran buenas operaciones. El fiscal le hizo ver que toda la solvencia de Oil Dor eran 10 millones de pesetas, según un informe interno de Banesto, y que los créditos se amparaban en un aval de la Corporación Industrial. Lasarte, impertérrito:

-Era suficiente con el aval de la Corporación.

Tras un receso, que dio por finalizado el primer tiempo, el fiscal preguntó por los temas contables. Lasarte dijo que no tenía responsabilidad en las cuentas de 1992 y que, lógicamente, tampoco en las de 1993, que fueron cerradas tras la intervención. El fiscal le recordó que uno de los interventores del banco, Joaquín Pérez Iglesias, había declarado que en realidad había sido él quien cerró las cuentas en los primeros meses de 1993.

-No entiendo qué pudo decir... ¿Qué es el cierre? ¿no?... Lo que quería decir es que no intervine en las negociaciones con el Banco de España en octubre y noviembre de 1992. Yo era el consejero delegado e informé de las cuentas al consejo en 1993 para su aprobación... En efecto, las cuentas in dividuales de los bancos se cierran el 20 de enero de cada año y el consolidado el 28 de febrero. Juan Belloso. Por tanto, nada tuvo que ver con ese cierre.

Lasarte atacó a Alfredo Sáenz y dijo que los 605.000 millones de pérdidas eran una "grandiosa mentira". Las provisiones se recuperaron, dijo, en un 72%. Lasarte actuó con firmeza al vender su producto.

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