Una vida muy azarosa
Los últimos años de la vida de Asturiana de Zinc han sido realmente azarosos. Vinculada desde sus orígenes a Banesto, fue otra de las empresas que se vieron perjudicadas por el paso de Mario Conde por la presidencia del grupo financiero e industrial.La secuela más importante de esa época fue el agujero provocado por una operación con futuros de zinc realizada en el mercado de metales de Londres en 1992 y que provocó unas pérdidas de 17.000 millones de pesetas. Y no sólo eso. Desencadenó la apertura de una investigación por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que concluyó con una multa de 175 millones de pesetas por ocultar datos.
Además, la CNMV sancionó al entonces presidente de Asturiana de Zinc, Francisco Javier Sitges, con otra multa de 35 millones. Sitges está en el banquillo de los acusados del caso Banesto. La llegada de Glencore tranquilizó los ánimos. El grupo suizo adquirió la participación de Banesto y fichó como presidente a Santiago Zaldumbide, quien se había encargado de desmontar la Corporación Industrial Banesto.
En estos momentos, AZSA atraviesa una buena racha. El año pasado fue el mejor ejercicio de su historia, con unas cifras récord tanto en volumen de negocio como en resultados, favorecido por la bonanza del mercado y la fortaleza del dólar.
En 1997 facturó más de 81.000 millones y elevó sus beneficios a 8.011 millones, tras varios años en pérdidas. Según AZSA, con la compra de la australiana WML el beneficio consolidado se incrementará de forma notable a partir de 1999.
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