El ministro de Sanidad deja en el aire el futuro del hospital Puerta de Hierro

Sí pero no. O más bien quizá. El ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, extendió ayer más dudas que certidumbres durante su comparecencia en el Senado para informar sobre el futuro del hospital Puerta de Hierro. Romay enfatizó que el cierre de la clínica sería "un disparate", pero también le pareció "insensato" dejarla como está. A diez días de una respuesta definitiva, el traslado del hospital a Majadahonda aún está en el aire.

Romay acudía a la Cámara alta para responder a una pregunta del senador Jaime Lissavetzky, secretario general de los socialistas madrileños, sobre sus intenciones en torno al Puerta de Hierro. El Insalud ha reiterado que dará una contestación definitiva sobre este asunto antes de que acabe el mes. Por eso, Romay Beccaría prefirió ayer guardar la ropa. En algunos momentos de su intervención pudo dar a entender que el Puerta de Hierro no se movía del distrito de Moncloa-Aravaca -"este Gobierno no tiene intención de cerrar el centro"-, para más tarde insinuar su traslado a Majadahonda. A la hora de decidirse "se tendrá muy en cuenta el pronunciamiento de la Comunidad de Madrid", dijo en otro momento de su alocución, a sabiendas de que el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, avala la construcción de un nuevo Puerta de Hierro en tierras majariegas."El ministro es gallego y ejerce como tal", exclamó Lissavetzky tras escuchar unas palabras que otorgan un amplio margen a las interpretaciones. El senador del PSOE defendió el mantenimiento del Puerta de Hierro y la construcción de un hospital comarcal en Majadahonda o en Collado Villalba que atendiera las necesidades de todo el eje de la carretera de A Coruña.

"Son dos proyectos perfectamente compatibles", recalcó el socialista, "porque Madrid no está sobrada de camas hospitalarias y en Majadahonda se podría crear un hospital de tamaño medio y alta calidad". Para asumir ese doble esfuerzo presupuestario, Lissavetzky tiene una receta: propuso a las autoridades sanitarias la ingesta de una "Viagra inversora" con la que estimular ese riego de millones para Madrid.

Antigüedad y accesibilidad

El ministro no escatimó méritos para el hospital, del que recordó que atiende a una población de unos 280.000 habitantes. "Es imposible plantearse su cierre", insistió, "pero también sería insensato no tratar de solucionar sus inconvenientes". Y los enumeró: "Problemas estructurales, antigüedad de instalaciones y graves problemas de accesibilidad".Lissavetzky recordó a Romay Beccaría que la política no debía ejercitarse "a través de las páginas del Boletín Oficial del Estado", y le recomendó que se preocupara por "convencer a la sociedad". "En este caso ha conseguido una rara unanimidad, pero en su contra. Pacientes, vecinos, el PSOE y hasta el Ayuntamiento de Madrid se han pronunciado en contra de sus intenciones", recordó. Y zanjó: "Esto es lo que se llama crear alarma social".

Precisamente, la Plataforma para Salvar la Clínica Puerta de Hierro anunció ayer una marcha de protesta, el próximo día 26, entre el hospital y la sede del Ministerio de Sanidad, en el paseo del Prado. El recorrido, de unos siete kilómetros, comenzará en la clínica a las diez de la mañana; a la llegada al edificio ministerial, los convocantes harán entrega en el registro de las más de 2.000 firmas recogidas, por ahora, contra el traslado que ninguna autoridad se ha atrevido a ratificar.

La asociación de vecinos de Valdeconejos, la más próxima a las dependencias sanitarias, lleva más de una semana aplicándose a fondo, en más de un kilómetro a la redonda, con la recogida de firmas. La gran mayoría de los profesionales del centro ven con buenos ojos esta movilización social, pero el director ejecutivo del Insalud, Alberto Núñez Feijoo, también ha dejado claro que la decisión final "la tomará el Ministerio, no los trabajadores".

¿Cuánto costaría construir un hospital comarcal en el noroeste sin reorientar la actividad del actual Puerta de Hierro? Los cálculos que se barajan no descienden en ningún caso de los 13.000 millones, pero el PSOE intentó persuadir ayer al ministro de que esa inversión es perfectamente asumible. "Sólo durante el pasado mes de marzo, el gasto sanitario ascendió en España a 17.000 millones. El nuevo hospital puede construirse sin desmantelar el actual", apuntó el senador socialista Zamorano. Lissavetzky asentía desde su sillón.