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FINAL LIGA DE CAMPEONES

La fiesta de Cibeles acabó en batalla campal y cargas policiales

Más de 500.000 personas se concentraron, entre las que hubo 30 heridos

Madrid vivió una noche de júbilo y apoteosis que se inició con alegría y terminó en batalla campal, cargas policiales y gases lacrimógenos calle de Alcalá arriba. La conquista de la séptima Copa de Europa desató una espiral de entusiasmo, teñido de violencia,jamás vista en la capital de España. En la plaza de la Cibeles la euforia acabó en una batalla campal entre policías y aficionados que pretendían acceder a la estatua madrileña de la diosa. La Policía Nacional cargó con dureza contra los seguidores para desalojar la plaza. El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, explicó anoche que se produjeron cinco detenciones (aunque no descartó otras nuevas), que el Samur atendió a 104 personas, la mayoría con intoxicaciones etílicas, aunque aproximadamente una treintena de personas hubieron de ser tratadas de diversas contusiones, entre ellos dos policías. Al cierre de esta edición, la policía aún actuaba con dureza por la Puerta de Alcalá. Núñez Morgades arguyó que la policía "estuvo aguantando" mientras un grupo bastante numeroso lanzaba objetos de todo tipo. "Intervino cuando ya estaban lesionando a algunas personas". El delegado del Gobierno no disponía anoche de datos sobre la eventual pertenencia de alguno de los detenidos a grupos violentos organizados como los Ultras sur. Añadió que los agentes pretendían también evitar que algunos aficionados se subiesen a la Cibeles, algo que querían hacer "a toda costa", según él.La alegría blanca creció durante la madrugada y más de medio millón de madridistas se reunió en el eje del paseo de la Castellana, según la Policía Municipal. La riada humana alcanzó cuatro kilómetros de extensión entre la plaza de Atocha y la plaza de Colón.

A las diez y media de la noche, hora del final del partido había en la plaza de la Cibeles más policía que seguidores: 200 agentes custodiaban la fuente madrileña.Al acabar el encuentro se produjo una avalancha de seguidores. En un cuarto de hora, el templo del madridismo reventó y los madrileños fueron invadiendo las calles adyacentes de la Castellana. La ola blanca se extendía por toda la ciudad en una noche mágica y feliz, pero también etílica.

La gente lloraba, brindaba, reía y gritaba sin cesar. El grito más repetido fue el de "campeones", aunque los aficionados también tuvieron palabras de recuerdo para el presidente del Barcelona: "Núñez... Saluda al campeón". Raúl, Mijatovic y Roberto Carlos fueron los más aclamados y el gentío improvisó una canción con los números del uno al siete.

La Policía Nacional tuvo que cargar en varias ocasiones en la plaza de la Cibeles para contener a varios seguidores que se apretujaban contra las vallas de la fuente. Los antidisturbios de la unidad de intervención policial dispararon pelotas de goma para desalojar la plaza. Los aficionados respondieron con lanzamiento de piedras y botellas. Fue necesaria la presencia de otras 40 furgonetas de antidisturbios para contener a los aficionados que rompieron marquesinas, cristales y mobiliario urbano, además de quemar contenedores de basura.

La Policía Nacional atribuye los incidentes a un grupo de hinchas radicales. Según el Samur, durante las cargas policiales hubo más de 50 atendidos por golpes y contusiones en el anillo de la Cibeles. Entre los heridos hubo un policía nacional con una fuerte contusión testicular, que hubo de ser ingresado en un hospital, informa Efe.

Heridos en Amsterdam

Aunque en las celebraciones de los seguidores madridistas en Amsterdam no se produjeron hechos violentos, cuatro seguidores del club resultaron heridos, dos de ellos, al parecer, graves, al ser atropellados por un autobús, según informó la cadena Cope.

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