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El 5% de los ingresos por los cursos de verano de Málaga irá a una ONG

Es la primera vez, pero no será la última. El 5% de los ingresos que generen los cursos de verano de la Universidad de Málaga (UMA) irán a parar a una ONG. Acción Estudiantil, la asociación que organiza las jornadas, ha decidido que este año recaigan sobre Ayuda en Acción. José Luis Sánchez Ollero, director de los cursos, estima que cerca de 2.300 personas pagarán entre 2.500 y 10.000 pesetas para participar en alguna de las 59 ofertas de este verano. Las matrículas, cuyos precios oscilan entre las 2.500 y 10.000, se traducirán en unos 13 millones de pesetas, de los cuales 650.000 irán a parar a las arcas de la organización humanitaria. Pero este sello benéfico no es la única novedad de la tercera edición de los cursos de verano. Por primera vez algunas clases saldrán de los campus universitarios y serán impartidas en Ronda y en Vélez Málaga. Además, "por el caché que están adquiriendo", la asistencia a estos cursos será valorada a la hora de concurrir a alguna plaza para la universidad. Idiomas, informática, ecología, multimedia y en habilidades sociales son sólo alguno de las ofertas que configuran el panorama de la tercera edición. Y es que, como asegura su director, están diseñados con un carácter eminentemente práctico y, sobre todo, para cubrir algunas de las carencias de la universidad. O, dicho en sus palabras "pretenden huir del esquema clásico de mucho ruido y pocas nueces". "Queremos que cuando el alumno venga y dedique 50 horas en verano le sirvan para algo y no sólo para decir que ha tomado café con el juez Baltasar Garzón". La apuesta ha tenido éxito. El 80% de las plazas están cubiertas a sólo una semana de haberse abierto el plazo de inscripción y algunos cursos han tenido que desdoblarse en varios grupos por la alta demanda. Los cursos de verano de la Universidad de Málaga son los únicos en España, según su director, que se celebran a iniciativa de una organización estudiantil y su ritmo de crecimiento ha sido tal -la primera edición contó con nueve cursos y unos 350 participantes- que el año pasado se recurrió a un comité científico conformado por miembros de la universidad para que se encargaran de la organización administrativa.

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