JUGAR CON DIANA

Jugar a princesas ya no volverá a ser lo mismo. Una firma estadounidense, Franklin Mint, acaba de crear una muñeca del tamaño de una barbie, con el rostro y los vestidos de la difunta Diana de Gales. Cuesta unas 15.000 pesetas y tiene un ropero completo elaborado a base de copias de sus modelos favoritos. A punto de salir a la venta, el único problema del juguete es que no cuenta con la autorización del fondo benéfico abierto en Londres en memoria de la princesa de carne y hueso. La demanda que acaban de interponer sus miembros, entre ellos Sara, una de sus hermanas mayores, puede tardar dos años en resolverse ante los tribunales de California. Ha reavivado, además, las críticas hacia una organización pensada para honrar la figura de Diana y que parece estar convirtiéndose en una fábrica de dinero carente de auténtico criterio. Mientras el caso es resuelto, Stewart y Lynda Resnick, los dueños de Mint, siguen adelante con el proyecto. No en vano son veteranos de la venta de retratos de Elvis Presley, juegos de ajedrez de la serie Star Trek o réplicas a escala de los personajes de la película Lo que el viento se llevó.