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Entrevista:

RAMÓN BUENAVENTURA ESCRITOR "Los africanos son explotados por minorías propias más crueles "

Ramón Buenaventura vivió una imagen literaria usual de Tánger -ciudad abierta, liberal y cosmopolita- que choca tanto con la visión del Tánger real de ahora que cuesta creer que esa ciudad no fuera la invención de un grupo de escritores. El escritor Ramón Buenaventura afirma que ese Tánger existió. "Era una ciudad sin censuras donde podía verse todo, oírse todo, leer todo. Todavía aún, bajo la cochambre, puede verse algo de ése Tánger. Se podía vivir como un pequeño millonario sin ser millonario", afirma. P. Una Arcadia así no iba a durar siempre. R. A lo mejor podía haber durado. España pensaba entonces que su presencia allí sería eterna. Claro que la política africana de Franco fue absolutamente cretina. P. ¿Hay una línea tangerina en la intelectualidad española? R. Yo creo que no. Sí, de allí son -o pasaron por allí- Diego Galán, Emilio Sanz de Soto, Bibi Andersen, Ignacio Ramoneda, José Luis Alcaine y, por poco tiempo y cuando ya Tánger no era Tánger, Haro Tecglen. Pero esa lista tampoco es gran cosa: salen más de Villanueva de la Serena. P. Me sorprende que no haya citado a ningún andaluz. R. Pero porque no hace falta. Todo Tánger es andaluz. P. ¿Por qué la literatura española no se ha ocupado, apenas, de las colonias? R. Pues se ha ocupado muy poco, sí. Hay un vacío sangrante ahí: América, el Siglo de Oro, esas cosas ya no salen. No sé si será que el tema no nos interesa, que está muy interiorizado o que tenemos mala conciencia histórica. Realmente, en la vida hay pocas cosas más cómodas que una situación colonial: eres tú el que manda. Incluso, y pido que se me entienda, cabría preguntarse si los pueblos africanos no han salido perdiendo con la libertad: ahora son explotados por unas minorías propias que son infinitamente más crueles. P. ¿Qué era lo más literario de Tánger? R. Todo. Cuatro idiomas, cambistas hebreos, una catedral francesa, un Instituto Italiano, todo eso junto en una ciudad pequeña. El cosmopolitismo es extraordinariamente literario para un país, España, donde tendemos a la novela casposa y local. P. "El año que viene en Tánger". Supongo que es una traslación de aquél "el año que viene en Jerusalén" siempre aplazado, frustrante e imposible. R. Así es. No habrá nunca un año que viene en Tánger. A ninguno de los de entonces nos apetece volver porque eso significa encontrar una triste cochambre que ya no consideramos nuestra.

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