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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Arreglo de urgencia

ALGUNAS DE las grandes familias de la derecha francesa han dado un paso importante hacia la unificación. Los gaullistas del RPR y los liberales, centristas y democristianos que malviven bajo las siglas UDF han decidido crear L´Alliance, una estructura común que se pretende vaya más allá del mero acuerdo electoralista. «Hubiese preferido que en vez de una alianza se tratase de una aleación», ha dicho un próximo a Chirac. Otro se ha apresurado a declarar que se trata de «una buena noticia y una buena idea», pero ha rebajado el entusiasmo al recordar que «será difícil ponerla en práctica». En realidad, L´Alliance nace de la desorientación en que Jacques Chirac sumió a la derecha la primavera de 1997 al convocar unas elecciones anticipadas sin explicar los motivos de la disolución parlamentaria. La derrota recortó la autoridad del presidente y desacreditó a los líderes del momento. Luego, las regionales del pasado marzo han hecho salir a la luz la debilidad del ideario de la derecha, que ve cómo una parte de su electorado se deja tentar por el Frente Nacional de Le Pen. Phillippe Séguin y François Léotard, actuales y precarios jefes del RPR y la UDF, respectivamente, han lanzado L´Alliance para poner una frontera clara entre ellos y quienes aceptan pactar con el FN. Es una parte de la verdad; también puede decirse que es la última operación para frenar la deserción de afiliados en ambos partidos.

En 1989, con la caída del muro, la derecha francesa creyó enterrar a la izquierda, poner fin a la historia. No entendió que acababa de perder el espantajo comunista ni que los socialistas llevaban años reconciliados con el mercado, la empresa y la libertad, privándoles así de parte de su discurso. Hoy, la retórica nacionalista del gaullismo aparece hueca; el FN la representa mejor, igual que la retórica europeísta de la UDF se convirtió en realidad en las manos del tándem Delors-Mitterrand. L´Alliance corre el peligro de ser vista como lo que muy probablemente es: un lifting en un cuerpo enfermo, una mano de pintura en un edificio sin cimientos, una corrección ortográfica en un texto incomprensible.

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