_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Arreglo de urgencia

ALGUNAS DE las grandes familias de la derecha francesa han dado un paso importante hacia la unificación. Los gaullistas del RPR y los liberales, centristas y democristianos que malviven bajo las siglas UDF han decidido crear L´Alliance, una estructura común que se pretende vaya más allá del mero acuerdo electoralista. «Hubiese preferido que en vez de una alianza se tratase de una aleación», ha dicho un próximo a Chirac. Otro se ha apresurado a declarar que se trata de «una buena noticia y una buena idea», pero ha rebajado el entusiasmo al recordar que «será difícil ponerla en práctica». En realidad, L´Alliance nace de la desorientación en que Jacques Chirac sumió a la derecha la primavera de 1997 al convocar unas elecciones anticipadas sin explicar los motivos de la disolución parlamentaria. La derrota recortó la autoridad del presidente y desacreditó a los líderes del momento. Luego, las regionales del pasado marzo han hecho salir a la luz la debilidad del ideario de la derecha, que ve cómo una parte de su electorado se deja tentar por el Frente Nacional de Le Pen. Phillippe Séguin y François Léotard, actuales y precarios jefes del RPR y la UDF, respectivamente, han lanzado L´Alliance para poner una frontera clara entre ellos y quienes aceptan pactar con el FN. Es una parte de la verdad; también puede decirse que es la última operación para frenar la deserción de afiliados en ambos partidos.

En 1989, con la caída del muro, la derecha francesa creyó enterrar a la izquierda, poner fin a la historia. No entendió que acababa de perder el espantajo comunista ni que los socialistas llevaban años reconciliados con el mercado, la empresa y la libertad, privándoles así de parte de su discurso. Hoy, la retórica nacionalista del gaullismo aparece hueca; el FN la representa mejor, igual que la retórica europeísta de la UDF se convirtió en realidad en las manos del tándem Delors-Mitterrand. L´Alliance corre el peligro de ser vista como lo que muy probablemente es: un lifting en un cuerpo enfermo, una mano de pintura en un edificio sin cimientos, una corrección ortográfica en un texto incomprensible.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_