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ETA ordena a sus "comandos legales" atentados que antes sólo cometían los terroristas a sueldo

ETA ha decidido implicar cada vez más en sus actividades terroristas a los denominados comandos legales (no fichados por la policía). No es extraño que "el periodo de vida de un talde legal no sea muy largo, porque es muy difícil permanecer mucho tiempo sin quemarse o caer", según admite ETA en un manual titulado Lemen Urratsar, recientemente interceptado por los servicios antiterroristas. Este manual, inédito hasta ahora, está dirigido a "servir de ayuda a los que inician su trabajo en la legalidad a como complemento del cursillo militar recibido" y revela técnicas de adiestramiento.

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Ante la detención

"En esta primera fase de la militancia lucharemos contra el enemigo viviendo en la legalidad", proclama el manual. "Nuestra mayor riqueza es ser legales, es decir, que el enemigo aún no nos ha detectado" y "nuestro mayor enemigo es nuestra bisoñez en la clandestinidad, ya que en este país lleno de policías el mínimo fallo se paga caro".» Relación con ETA. "La Organización", prosigue el texto interceptado, "nos da la oportunidad de mantener relaciones con ella periódicamente y debemos dar la importancia que tiene a esa oportunidad".

ETA exige a los militantes no fichados que "den detalles de las acciones realizadas e intentadas, explicando la composición y colocación de los artefactos explosivos instalados". "Si se diese una caída [una detención], no reconoceremos la existencia de un enlace ni que manteníamos un contacto directo [con la Organiza-ción], sino a través de un bote impersonal; para ello introduciremos un bote en el monte aunque tal vez no se utilice nunca".

» El "comando". ETA trata de concienciar a sus activistas legales de que "deben pasar de ser un grupo de amigos a ser un grupo de trabajo, mediante la disciplina". "El talde [el comando] debe marcarse sus objetivos (militares, en la formación, material e información), estableciendo cuáles son sus necesidades, definiendo su dinámica y marcando plazos a los objetivos".

La organización terrorista pide a sus colaboradores de segunda fila que aprendan "a recopilar y trabajar la información a través de la prensa, conociendo la situación de nuestros pueblos, viajando y buscando objetivos militares" [potenciales víctimas de atentado]. "El talde debe tener su cuadernillo de información, recopilando datos de los diferentes objetivos", según pide ETA, que a la vez advierte a sus comandos legales que "quemen todo el material escrito que reciban de la organización una vez leído".

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» La organización. El manual etarra hace un canto a la fortaleza de su organización, al asegurar que ésta "pondrá a disposición de los comandos legales todos los medios que necesiten para la lucha". Además de poner al comando legal "en manos de un responsable, después le dará formación, tanto militar como política, y posteriormente le pasará las herramientas que necesite para la lucha".

» Armas. Capítulo aparte merecen las advertencias que ETA da a los comandos legales, actualmente a cargo supuestamente de Soledad Iparraguirre Guenetxea, Amboto.

"Debemos tomar conciencia de la importancia del material puesto a nuestra disposición (armas, explosivos) teniendo en cuenta que la pieza más pequeña facilitada por la Organización está obtenida con el esfuerzo y el riesgo de un militante, y por lo tanto, cuidándola".

"Debemos interiorizar que la Organización es una cadena y asumir que fallar en alguna ocasión a una cita o contacto supone echar por tierra todo el esfuerzo de la cadena y que ésta asuma un riesgo".

Sobre las armas y demás material terrorista, ETA recomienda que sólo uno o dos de los miembros del comando legal se responsabilicen de las armas, las balas y los explosivos. "Entre el material que utilizaremos, los detonadores son los elementos más peligrosos, ya que son los que inician el explosivo, por lo que hay que guardarlos bien separados del resto del material". Quizá esta recomendación fue la que salvó de morir a los miembros del comando Madrid que vivían en un piso de la calle de Polibea, donde el año pasado estalló un detonador que hizo huir a los terroristas.

Prueba de la importancia que ETA da a los comandos legales es que éstos no sólo deben ser simples colaboradores e informadores de los ilegales (fichados por la policía), es el siguiente consejo: "Intentaremos obtener material en el mercado. Para que nuestra autonomía sea mayor, compraremos el material electrónico en el mercado, aprenderemos a confeccionar temporizadores, siendo capaces de elaborar el explosivo con los materiales que encontremos en el mercado". Y recomienda también a estos grupos que "tengan el más exacto conocimiento del material que utilizan, dándole el uso más adecuado para obtener los mejores resultados", y además "limpiando y lubricando las armas" para impedir que se estropeen o estén inutilizadas en el momento de cometer un atentado.

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