El defensor admite una queja sobre los inmigrantes subsaharianos

El Defensor del Pueblo español ha admitido a trámite una queja de la Federación Andalucía Acoge por la situación de desprotección y "alegalidad" en que quedan los inmigrantes subsaharianos ilegales que no pueden ser devueltos a sus países porque no los reconocen como nacionales, pero que tampoco obtienen permiso de residencia en España. Según la organización humanitaria, cuando se cumple el límite de 40 días en un centro de internamiento, a estos extranjeros "se les pone en la calle" sin papeles. Y ello, pese a que la ley de extranjería sólo deja dos opciones claras: expulsión o documentación. Tras admitir a trámite la queja hace un par de semanas, el Defensor del Pueblo ha solicitado información al Ministerio del Interior sobre el número de inmigrantes que pueden estar en esta situación. Según la Federación, sólo en Málaga se han detectado 61 casos. A finales de abril, el presidente de Andalucía Acoge denunció que la situación se viene planteando desde el 23 de febrero, fecha en que concluyó el último plan de acogida, programa que benefició a 1.123 inmigrantes subsaharianos de la comunidad autónoma. Para José Mario Fernández, asesor del Defensor del Pueblo, la desprotección en la que quedan estos extranjeros "los condena a la economía sumergida y la marginalidad, al tiempo que no facilita el camino de su integración". Apuntó además que esta situación les priva de cobertura sanitaria y social. Fernández hizo estas afirmaciones en unas jornadas de formación para fiscales organizadas por el Ministerio de Justicia y la Consejería de Gobernación y celebradas en Málaga. Otro de los ponentes, Cristóbal Fábrega, fiscal de la Audiencia provincial de Jaén, fue aún más lejos al sostener que la dificultad para expulsar a esos extranjeros provoca una bolsa permanente de ilegales "a los que la actual regulación de extranjería impide el acceso a la situación de legalidad y, con ello, un trabajo honrado, fomentando que la única salida sea la delincuencia y el mundo marginal, lo que de rebote provoca actitudes xenófobas".