La prensa francesa recupera lectores con las noticias políticas Maniobras empresariales para controlar diarios regionales

La prensa francesa de difusión nacional atraviesa un período de buena salud. Le Monde vio crecer sus ventas en un 4,10% y logró beneficios de 1.050 millones de pesetas el año pasado. Las ventas de Libération progresaron un 6,3%, alcanzando el nivel que tenía en 1991, antes de que el fallido experimento de un diario distinto, más grueso y con más secciones estuviera a punto de hundirlo.

Recuperada la modestia, la salud de Libération ha mejorado: los beneficios de 1997 equivalen a unos 180 millones de pesetas, gracias al retorno de los lectores -10.000 más que un año antes, con una difusión pagada total en torno a los 170.000 ejemplares- y de la publicidad, que ha crecido en un 17,5% respecto al año precedente.Le Monde, el gran diario de referencia en Francia, también vivió un buen 1997. Sus ventas crecieron en un 4,10 % -la difusión ronda los 400.000 ejemplares, con algo más de dos millones de lectores si se atiende a los habituales parámetros de lectores por ejemplar- mientras que la publicidad progresaba un 17,7%. Los beneficios han sido importantes -unos 1.050 millones de pesetas- y el número de suscriptores ha alcanzado la cifra récord de 120.000. Entre la prensa generalista también mejoró sus resultados Le Parisien, aunque la progresión de las ventas fue más modesta, un 2,3%.

La prensa económica también se vende más. La Tribune aumentó su difusión en un 8,7% y Les Echos en un 4,7%.

La prensa se ha beneficiado del interés de la actualidad política del año pasado -disolución de la Asamblea Nacional, elecciones anticipadas y victoria sorpresa de la izquierda- pero la de difusión nacional lo ha capitalizado más que la de ámbito regional o local. Ésta última no logra, en cambio, superar la crisis provocada por su crónica debilidad financiera y las estrategias de los grupos.

Tormentas regionales

Los diarios locales -entre ellos Ouest France, el de más tirada- son en ciertas ciudades -Burdeos, Rennes, Metz, Lille- propiedad de familias tradicionales; pero en otras muchas localidades -Marsella, Niza, Estrasburgo, Lyon, Nancy, Clermont Ferrand, Montepellier, etc.- los socios principales son los grupos empresariales Hersant, Hachette y Havas. Este último ha modificado su estrategia de inversiones desde que su nuevo accionista principal, la Générale des Eaux, ha optado por privilegiar las nuevas tecnologías y liberarse de sus compromisos con los medios tradicionales de comunicación. De pronto Midi Libre, La Montagne o La Nouvelle Republique, entre otros, se han convertido en cabeceras que están a la venta y podrían cambiar de manos.No parece el momento de Hersant, un grupo que sigue muy endeudado y que no está en condiciones de sostener la estrategia expansionista que impuso su fallecido fundador. Pero esa renuncia implicaría dejar que sea Hachette el que refuerce su implantación a partir de una estrategia que ya ha dado sus frutos en Marsella, donde hizo fusionar dos periódicos -La Marseillaise y Le Provençal- para crear uno nuevo, La Provence. La política de reagrupamientos y fusiones, a partir de la retirada de Havas, modificaría sustancialmente el mosaico de la prensa regional.