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Entrevista:

ERNESTO GARZÓN VALDÉS PROFESOR DE FILOSOFÍA DEL DERECHO "La base del resurgir nacionalista en Europa es irracional"

El profesor Ernesto Garzón Valdés (1927, Córdoba, Argentina), titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Maguncia (Alemania), sostiene que el florecimiento de movimientos nacionalistas en Europa tiene una base irracional. Ayer ofreció una conferencia en la Facultad de Derecho de la UPV en San Sebastián en la que reivindicó la universalización de los derechos humanos. Pregunta. ¿Los derechos humanos pueden ser universalizables? Respuesta. Sí, aunque hay una tesis que sostiene que no pueden ser universales porque son expresión de una determinada cultura y su transmisión a otras sería incurrir en el etnocentrismo. Esta tesis es falsa, porque tiende a equiparar el punto de vista cultural con el ético. Es una confusión grave y relativista que nos llevaría a absurdos como la aceptación de la antropofagia o la ablación femenina. P. Otra corriente de opinión sostiene que los derechos humanos no son universalizables porque la identidad individual depende de la identidad social. R. Este argumento se utiliza muchísimo, pero también es falaz, porque es difícil saber qué se entiende por comunidad, más aún cuando dicen que ésta se define por la solidaridad entre sus miembros. Los mayores crímenes se producen entre vecinos; no hay cosa peor que las luchas familiares. P. ¿La democracia garantiza el respeto a los derechos humanos? R. Las mayorías sin control pueden destruir la democracia y transformarla en dictadura. Por ello, hay que establecer un límite, un coto vedado de cosas que no se pueden tocar y cuyo contenido son los derechos humanos. P. ¿La autodeterminación es un derecho humano? R. No se puede hablar de derechos morales de las comunidades, porque el único sujeto moral es el individuo. P. No obstante, hay un resurgir nacionalista en toda Europa que se funda en la identidad cultural. R. Es difícil que conduzcan a algo bueno porque la base es irracional. En muchos casos son reacciones a injusticias anteriores. Asistimos a la paradoja de que a mayor globalización se está registrando un mayor regionalismo. P. En todo caso, ¿la construcción europea no abre un resquicio para aligerar la dimensión excluyente de las identidades nacionales? R. Creo que el ciudadano puede optar entre un ideal de vida regional o uno cosmopolita, que asegura más paz en el mundo. La gente que dice "viva la diferencia" está manteniendo un mensaje peligroso, cuando los valores que hay que fomentar son los comunes a todos los hombres. El ideal democrático es una protesta política contra la diferencia entre los hombres: tú eres igual que yo al margen de que seas negro, rumano o paquistaní.

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