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Un sicario dispara a la cabeza a un ex policía implicado en narcotráfico

, La policía sospecha que el pistolero que disparó contra José Gilart, un ex policía de 41 años implicado en el caso Snoopy de Barcelona y ex jefe de una banda de atracadores que invertía sus botines en la compraventa de cocaína y heroína, era un asesino a sueldo que empleó una bala blindada y cuyo móvil pudo ser un ajuste de cuentas. El disparo seccionó la médula espinal de Gilart, que se encuentra ingresado en estado muy grave en el Hospital del Valle Hebrón de Barcelona. La policía trabaja con la hipótesis de que otro individuo distinto al que disparó intentó "rematar" al ex policía en el citado centro hospitalario.Los hechos sucedieron el pasado viernes a las dos de la tarde en la Granja Andina, un bar regentado por el antiguo agente del Cuerpo Nacional de Policía en el tranquilo barrio de Les Corts de Barcelona. Un desconocido, de tez morena, según los testigos, entró en el establecimiento y le pidió a Gilart un paquete de tabaco. Éste se dio la vuelta para coger el paquete de una estantería. El desconocido sacó una pistola y disparó "a matar", según la policía. La bala, en trayectoria descendente, le atravesó la columna vertebral por la nuca.

José Gilart, un agente que sólo estuvo dos años en la policía nacional -abandonó el cuerpo poco antes de ser expulsado por múltiples expedientes acumulados en ese tiempo- cobró triste fama en diciembre de 1993 al ser detenido como presunto autor de la muerte de Clemente Viñas, de 67 años, y de Francisco Sáenz, de 37, en lo que se conoce como el caso Snoopy.

Viñas había arrendado el bar Snoopy a Gilart y éste le debía mucho dinero. Sáenz era recaudador de la Seguridad Social y era el encargado de cobrar la altísima deuda que el ex policía mantenía con el citado organismo. Viñas desapareció el 13 de diciembre de 1993, y Sáenz cuatro días después. Ambos pasaron por el bar Snoopy antes de su desaparición y nunca se ha vuelto a saber de ellos. En el bar, la policía encontró restos de sangre, pero el juez dejó libre a Gilart por presunto asesinato por falta de pruebas, aunque le condenó a 19 meses por falsedad documental.

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