Excelencias maratonianas

Parece como si todos se hubieran puesto de acuerdo para comentar las excelencias del maratón y acallar el grave desorden organizativo. En su artículo Las colas de meta, J. F. hace una mención bastante benévola, a mi juicio, de lo que realmente ocurrió. No se hace ninguna referencia a los gritos, silbidos y abucheos a la organización (desorganización).Tras cruzar la meta y recoger la medalla y bolsa de avituallamiento, me encuentro que para salir y reunirme con las personas que me habían animado durante la carrera, y que me esperaban en la plaza de Neptuno, tuve que esperar 45 minutos (que supongo serían más para los que llegaron tras más de tres horas y media de carrera) de pie, con frío y sin ropa de abrigo. Motivo: recuperar las 2.000 pesetas de la fianza del chip (prodigioso) que una señorita entregaba, uno por uno, a cada corredor, hasta 5.600.

¿Inexplicable? Inexplicable que la organización no contara con esto y habilitara más salidas. Inexplicable que te cobren una fianza, si por ejemplo en Sevilla 22 febrero no te cobran fianza.

El maratón, para mucha gente, supone un negocio que nada tiene que ver con el espíritu deportivo (publicidad, patrocinadores, inscripciones: 3.000 pesetas).

Si la organización no cambia esto, no estoy dispuesto a correr, pensando que después tengo que esperar 45 minutos para reunirme con mis seres queridos. El del 99 lo correré sin chip (sin dorsal). Lo mejor, como siempre: el público de Madrid.- . .