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NIÑOS

El Círculo expone los trabajos de 80 pequeños artistas de su taller

A sus seis años, un pequeño aprendiz de artista, Jaime, ya ha expuesto su obra: en la muestra colectiva que enseña los trabajos de otros 80 niños y niñas que, como él, han participado en el Taller de Expresión Artística del Círculo de Bellas Artes. Esta exposición, que recoge las 300 obras de los participantes, realizadas desde el pasado octubre, fue inaugurada ayer con el tradicional aperitivo, donde en vez de canapés y vino había ganchitos, fritos, frutos secos y refrescos variados.

Aunque a los niños les ilusiona ver sus trabajos expuestos, ninguno lo destaca como lo que más le ha gustado del taller. Luis, de seis años, ha disfrutado sobre todo haciendo "pinturas con pincel"; María, de 10, prefiere las sesiones de dibujo con tizas en el suelo y las paredes de la terraza del magnífico edificio. "Luego", se apresura a aclarar, "los borrábamos con un trapo mojado".Jaime, también de seis años, y uno de los aprendices de artista más prolífico del taller, afirma que se lo pasó muy bien construyendo un Titanic, con iceberg incluido. "Esto es un niño que soñó: primero, que estaba en su casa y se levantó a estudiar; luego, que hizo un cuadro que se veía a él en la playa; luego, que por su cumpleaños le regalaron este tren, y luego, que miró por la ventana y era de día". Con estas palabras, el pequeño Jaime explica otra de sus tantas obras expuestas: un pequeño mural de cartulina, recubierta con papel de celofán azul, al que ha hecho cuatro agujeros para dibujar los cuatro sueños relatados.

Aunque el director del taller, el pintor César Fernández Arias, pone el acento en que la actividad no está planteada para que los niños aprendan técnica, sino para estimular su capacidad creativa -"queremos que aquí hagan cosas distintas a las de las clases de plástica del cole"-, a María le impresionó "cómo César nos enseñó a pintar soldaditos con una mano y súperrápido".

Fernández Arias lucha contra la influencia de "los estereotipos Disney" en los chavales: "Así lo pueden hacer en casa; aquí intento rescatar su lado más genuino". Para lograrlo, que lo logra, emplea una única fórmula: estimular la imaginación de los niños. Algo tan fácil como pintar una línea azul sobre una mesa y tan difícil como pensar que es un gran río, parte de un paisaje incompleto al que los niños deben añadir barcazas, poblados indígenas, casas, puentes...

Jaime se imaginó ese río con grandes olas, icebergs sobre sus aguas y, en medio, una casa (un recorte de revista que muestra una mano femenina sosteniendo un lápiz de labios). ¿Una casa? "Es que los cristales eran lupas y se veía lo de dentro muy grande".

Exposición del Taller de Creatividad Infantil. Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes. Calle del Marqués de Casarriera, 2; metro Banco o Sevilla. Hasta el 12 de mayo.

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