REGIR LA BABEL DE LOS BABLES
James Fernández McClintock, un prestigioso antropólogo de Chicago, de 68 años, nieto de un asturiano que emigró a Estados Unidos, recibió ayer en el teatro Jovellanos de Gijón el título de miembro de honor de la Academia de la Llingua Asturiana, que es al bable o asturianu lo que la Real Academia es al castellano y está presidida por Xosé Lluis García Arias. Culmina así la 19 Semana de las Letras Asturianas, que en esta edición también ha recordado a la escritora del siglo XVIII Xosefa Jovellanos. James Fernández McClintock, que visita frecuentemente Asturias, acompañado de su esposa, la también antropóloga Renate Lellep, y sus hijos Lisa Oyana, Luke y Andrew, tiene casa en Cangas de Onís y es un forofo de los paseos por la alta montaña. Es autor de importantes libros de antropología, uno de ellos sobre cultura asturiana, escrito en bable, por supuesto, idioma que domina a la perfección . Con su refuerzo, la Academia, que no ha logrado todavía que el bable sea reconocido como lengua oficial, pese a lo escrito en la Constitución Española y en el Estatuto de Autonomía, culminará el próximo 25 de mayo su obra más ambiciosa: la primera Gramática asturiana, que será presentada en el emblemático lugar de Covadonga. En 400 páginas se recogen todas las variantes dialectales y se dan unas normas para unificar la lengua, algo necesario en todos los países montañosos como Asturias, donde en cada valle se han ido desarrollando voces propias. El modelo normativo sigue al bable central, el más hablado, ya que en Asturias hay también el bable oriental, el occidental y, para liarla aún más, el llamado gallego asturiano, hablado entre los ríos Navia y Eo, comarca limítrofe con Galicia, a la que la Academia de la Llingua, autora de prestigiosas publicaciones lingüísticas, dedica la revista Entrambasauguas. -
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