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Reportaje:

El escaparate del turismo

Cerca de 23.000 visitantes se acercaron ayer a Expovacaciones, el certamen más popular de la Feria de Muestras de Bilbao. Todas las comunidades autónomas y 17 países de los cinco continentes exponen hasta el próximo domingo sus atractivos turísticos en 13.300 metros cuadrados del recinto ferial. Un enorme expositor de Benidorm, con forma de tobogán de un parque de atracciones acuático, recibe al visitante. Algunos responsables de Turismo derrochan imaginación para atraer al público. Una reproducción del castillo de Torrevieja, una casa típica segoviana, una antigua prensa de vino riojana y un cuadro de Joaquín Sorolla en el que retrata el mar de Jávea son algunos de los reclamos que utilizan los organizadores para atraer visitantes a sus lugares. Los que no tienen tantos medios económicos, como en el caso de Santoña, recurren al estómago para atraer turistas. A mediodía, en este expositor se pueden degustar las famosas conservas de anchoa regadas con cañas de cerveza. Pero los cántabros no son los únicos que piensan que el turismo por el estómago entra. En el macropabellón de Andalucía, un venenciador no para de llenar vasos de fino y un bar decorado en blanco y verde reparte jamón de Huelva por la mañana y por la tarde. "Hay menos gente que otros años", lamenta Paulino Martínez, gerente del Patronato de Turismo de Motril (Granada), que ha venido a la feria acompañado por los alcaldes de varias localidades granadinas de la llamada Costa Tropical. La feria sólo lleva abierta dos días, pero el camarero del bar andaluz ya ha cortado a cuchillo tres jamones de bellota enteros. La afluencia masiva de público se producirá el fin de semana. Si las previsiones de los responsables de la feria se cumplen, 300.000 personas visitarán Expovacaciones, en la que están presentes también empresas como Renfe que promociona, entre otros destinos, viajes a Bilbao para visitar el Guggenheim. Visitantes de todas las edades acuden al certamen con diferentes objetivos. Begoña, una vecina de Barakaldo, nunca pierde la ocasión. "Vengo a coger información de alojamientos para reservar con tiempo las vacaciones", apunta, junto a un expositor que anuncia "los mejores cámpings españoles". En el caso de Héctor, un mexicano de visita a Bilbao, la feria es un lugar privilegiado para conocer España sin moverse de la villa. El turista no despega ojo de la cámara de vídeo "para ver qué merece la pena visitar la próxima vez que venga", señala. Además de imágenes, una profusión de planos, mapas, catálogos y carteles están al alcance del visitante. Nadie sale de la feria sin una bolsa llena de regalos tan variados como una semilla de palmera de Elche, bolsas de té de la India, vinagre de Jérez de la Frontera o un jarrón de barro modelado al gusto del cliente por Cándido, un alfarero riojano. Entre los expositores extranjeros, el de Lisboa es uno de los que más visitantes atrae. La celebración de la Exposición Universal este año en la capital lisboeta ha aumentado la afluencia de público a su pabellón. El mostrador de la India, que destaca por el colorido de su decoración, es el segundo más visitado. La Oficina de Turismo de la India promociona por primera vez sus encantos turísticos en España en la feria de Bilbao.

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