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Los laboristas de Wim Kok arrollan en Holanda con ocho nuevos escaños

Xavier Vidal-Folch

Holanda ratificó ayer su modelo de socialismo liberal, rigor presupuestario y mantenimiento del Estado del bienestar en las elecciones legislativas. El primer ministro laborista, Wim Kok, que lo encarna, recibió un apoyo más fuerte que el pronosticado en los últimos sondeos. Podrá seguir gobernando en coalición con los liberales de derecha.Participó el 73,2% de los 11,7 millones de electores, algo menos que el 78,8% de 1994. El partido laborista (PvdA) se salió de la tabla, pasando de 37 escaños a 45, según los resultados divulgados con el 92,5% de los votos escrutados. Algo meritorio en un sistema proporcional que fragmenta el voto en numerosos partidos. Los liberales de derecha (VVD), representados por el duro ministro de Finanzas, Gerrit Zalm, también obtuvieron un buen resultado, al pasar de 31 escaños a 39. Entre ambos partidos suman 84 de los 150 escaños del Parlamento, con lo que alcanzan la mayoría absoluta y teóricamente podrían formar un Gobierno bipartito.

Especialmente porque los centristas del ministro de Exteriores, Hans van Mierlo (D66), han registrado una debacle con el descenso a 14 escaños de sus actuales 24. Esta tercera pata del Gobierno saliente difícilmente volverá a formar parte del entrante. Así lo manifestaron sus dirigentes antes de las elecciones, pero anoche parecían reconsiderar su propósito. En realidad, aunque Wim Kok matemáticamente no necesite a este simpático grupo conocido como D-66 (fue fundado a olas del apogeo hippy y de otros movimientos alternativos) le conviene contar con él. Sólo así compensaría el mayor conservadurismo social de los liberales de derecha, que propugnan por ejemplo una política de inmigración más restrictiva. Hasta tal punto que el propio Kok lanzó un llamamiento a los votantes del D-66 en la jornada de reflexión, para evitar que se quedasen en casa.

Propuestas radicales

Y es que difícilmente puede sustituirles por los Verdes, ecologistas, que ayer tuvieron un fuerte ascenso de cinco a 11 escaños, porque algunas de sus propuestas son muy radicales. En un país muy comercial, que florece gracias a sus redes de distribución y transporte conectadas al puerto de Rotterdam, pretenden aumentar la fiscalidad sobre los carburantes y dedicar ese dinero al transporte público, ya bastante eficaz.En la oposición, la derecha democristiana (CDA, menos social que la alemana y más defensora de los «valores tradicionales») también fue castigada. De 34 escaños pasó a 29. Y la extrema derecha perdió sus actuales tres parlamentarios.

El voto de ayer de los holandeses ratifica lo que algunos conocen como modelo Pólder : diques contra el déficit público y seguridad igualitaria para sus ciudadanos, o lo que es lo mismo, rigor presupuestario con mantenimiento del Estado del bienestar. O economía muy liberal, con protección muy socialista. Es un modelo de éxito. En cuatro años, los púrpuras (así se llama la coalición tripartita saliente), dirigidos por el antiguo sindicalista Kok, han reducido el défict del 4,5% del PIB al 1,5%. La economía crece a un ritmo del 3,5%, con un escenario despejado gracias a la concertación social, la gran contratación a tiempo parcial y la moderación de los salarios. Así, el desempleo afecta sólo a un 5,5% de la población activa, la mitad del promedio comunitario. Eso es lo que defendieron ayer en las urnas.

Todos esperan que hoy, cuando la Reina Beatriz nombre al «mediador» que, tradicionalmente, es el líder del partido que ha obtenido más votos, sea Kok quien entre en el Palacio Real en La Haya para proponerle un nuevo Gabinete.

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