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"Una oportunidad única para España"

Xavier Vidal-Folch

La elección del nuevo presidente de la Comisión estará vinculada a los comicios europeos del verano de 1999 porque para esa época los Quince tendrán que haber decidido el nombre. Los dos grupos mayoritarios -PSE y PPE- pretenden reforzar la legitimidad democrática de la Comisión, elegida por el Consejo Europeo y no por el Parlamento, que, sin embargo, puede someterla a censura.En el PSE se baraja la posibilidad de presentar en los 15 países, como parte del programa, la propuesta de un nombre concreto para ocupar la presidencia de la Comisión. Destacados socialistas sostienen que, tras la elección de José Borrell como líder parlamentario del PSOE -hito inicial de un postfelipismo lejano del antifelipismo- tiene más viabilidad la idea de "recuperar a Felipe González" para la política europea. Así, desechada en principio la hipótesis de presentarle como cabeza de lista del PSOE a los comicios europeos, se plantean volver a la carga para convencerle de que se apunte a la carrera por la presidencia de la Comisión.

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También dirigentes del PPE en Bruselas y Estrasburgo apoyan esta tesis. Lo hacen abiertamente, sobre todo desde que el presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró que respaldaría la candidatura de González. Se trata de una cuestión de Estado: a España le pasa este tren ahora porque puede recurrir a un personaje como el ex presidente. Pero si él no juega no dispone de otras alternativas con similar prestigio y experiencia internacional que proponer. Es "una oportunidad única para España", sostienen.

En efecto, la próxima Comisión se organizará con una presidencia y dos -tres, como máximo- vicepresidencias, una de ellas económica. En medios del PPE se considera que el vacío español que dejara González si no concurriese sólo podría compensarlo la eventual candidatura del vicepresidente Rodrigo Rato para la vicepresidencia económica de Bruselas por su prestigio en el Ecofin, pero difícilmente Aznar prescindirá de él.

También podría aspirar el ex ministro Pedro Solbes pero éste es socialista y lo tradicional es que el primer comisario pertenezca al partido del Gobierno. Dicho a las claras: o González se sube al carro o los españoles quedan prácticamente descartados del núcleo duro de la Comisión.

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