Lugar común
Se ha convertido en un lugar común interpretar las primarias socialistas en términos de buenos y malos. Los buenos serían los militantes y los malos el aparato. Es en lo único en lo que han coincidido los comentaristas de prácticamente todas las tendencias. Los lugares comunes suelen ser muy convincentes en un primer momento y menos a medida que se reflexiona sobre ellos. Este no es una excepción. Es verdad que ha habido una disparidad de criterio entre los militantes y la dirección en las primarias. Pero no lo es menos que tal disparidad se ha producido en aquellas comunidades autónomas donde el PSOE no ha gobernado nunca o donde ha perdido el poder (a veces por goleada, como en Madrid o Comunidad Valenciana). En las comunidades autónomas donde el PSOE no ha perdido el poder no se ha producido tal disparidad. Es el caso de Castilla-La Mancha y, sobre todo, Andalucía. Andalucía ha sido la comunidad más castigada por la derecha tanto antes como después de llegar al poder. La pinza PP-IU, que en Andalucía tras las elecciones autonómicas del 94 fue una auténtica tenaza, no consiguió desalojar al PSOE de la Junta de Andalucía. Esto se ha notado en las primarias. No era la misma la autoridad de la dirección andaluza que la de las otras comunidades autónomas. Las cosas no son tan simples como el lugar común pretende. La discrepancia en el resultado de Sevilla capital con el resto de Andalucía ¿no tiene nada que ver con la inexistencia de una política municipal en Sevilla digna de tal nombre en casi todo lo que llevamos de década ? Las primarias tienen una interpretación más compleja de lo que el lugar común da a entender. En todo caso, el no haber sido desautorizada por los militantes no supone un reto menor, sino mayor para la dirección andaluza. Precisamente por la autoridad que ha demostrado tener sobre los militantes, es mucho más lo que se le puede exigir de cara a las próximas elecciones generales. No solamente tiene que hacer suya la victoria de José Borrel, sino que tiene que demostrar por encima de toda sospecha que ha hecho suya dicha victoria.JAVIER PÉREZ ROYO
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.