Tres ausentes por vocación y uno por obligación

Sólo el Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Grecia se quedarán, al menos de momento, fuera del euro. Los tres primeros por vocación política de absentistas. El cuarto, porque no cumple (aún) las principales condiciones de convergencia.Oficialmente no se sabe si el Reino Unido y Dinamarca cumplen las condiciones de Maastricht. Al haber anunciado Londres y Copenhague su voluntad de no incorporarse al euro y utilizar así la cláusula de exclusión que obtuvieron en su día, la Comisión Europea no ha hecho una evaluación del grado de cumplimiento de sus criterios.

En el caso británico, Bruselas se ha ahorrado el mal trago de pronunciarse sobre si considera imprescindible o no la pertenencia durante dos años al mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME) como prueba de estabilidad cambiaria.

El caso sueco es particular. Estocolmo no ha aprobado la normativa que otorga independencia a su banco central. Tampoco cumple el criterio del SME, pero el dictamen de Bruselas es lo bastante ambiguo como para dejar las puertas abiertas a que el simple ingreso -aunque sea durante menos de dos años- pueda ser considerado suficiente. De esta manera, Suecia se ha autootorgado una cláusula de exclusión -por la vía del incumplimiento deliberado de Maastricht- que jurídicamente los Quince nunca le han reconocido.

Con Grecia no hay medias tintas. Supera los requisitos de Maastricht en déficit, deuda pública, inflación y tipos de interés. Pero sus progresos han sido tantos que en dos o tres años puede estar en condiciones de ingresar en el euro. Una prueba de su voluntad política de participar en la moneda europea ha sido el reciente ingreso de su divisa, la dracma, en el mecanismo de cambios del SME.