Borrell reivindica el control del aparato electoral del PSOE

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, tiene ya pensado cuál debe ser el reparto de papeles en el PSOE tras las pasadas elecciones primarias: de entrada quiere para él el control sobre el aparato electoral y la dirección del programa con el que los socialistas acudirán a las próximas elecciones generales. Borrell, además, declaró ayer tajante: «El líder de la oposición es el candidato», aunque ello no conlleve el puesto de portavoz en el Congreso de los Diputados.

Según el diseño de Borrell, Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, seguiría como líder orgánico del partido y sería el interlocutor en los contactos de éste con el Ejecutivo. La futura estructura del PSOE tras el revulsivo que han supuesto las elecciones primarias queda, en cualquier caso, supeditado al resultado de la entrevista que hoy mantendrán José Borrell y el propio Almunia y del desarrollo de los acontecimientos en el partido hasta que el próximo día 9 se reúna el Comité Federal, máximo órgano entre congresos. Sobre esa reunión planea la sombra de la posible dimisión de Almunia, presentada el pasado sábado por el secretario general en la Ejecutiva y congelada por ésta hasta que se pronuncie el Comité Federal. Almunia dio ayer una primera pista sobre por dónde lleva el «periodo de reflexión» que se ha impuesto. Aseguró su permanencia si ello favorece las expectativas electorales de Borrell para derrotar al PP en las próximas generales. El resultado de las primarias ha desatado, por otra parte, una polémica entre destacados dirigentes socialistas sobre la situación en la que ha quedado el partido. El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, criticó ayer a la Ejecutiva por no haber previsto más victoria que la de Almunia y se preguntó cuál sería su interlocutor a partir de este momento: el candidato o el secretario general.