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PRIMARIAS SOCIALISTAS

Aires frescos y caras nuevas en la sede de Ferraz

Javier Casqueiro

En la sede del PSOE en Ferraz se empezaron a ver ya ayer caras nuevas. Los periodistas especializados comentaban que había mucha gente desconocida en la fiesta de celebración posterior al cierre de las urnas. Borrell se refirió luego a esos "aires frescos", en el contexto de su victoria, como una buena posibilidad para abrir ahora las puertas de la sede a la juventud que tanto le ha apoyado. Por lo que se vio y escuchó ayer en Ferraz, el aparato, ese ente tan denostado, está dispuesto a adaptarse rápido al nuevo timonel.

José Borrell llegó a Ferraz ayer a las 21.45 de la noche, tras dormir una siesta de dos horas. Por la mañana, tras emitir su voto en Barcelona, tuvo ocasión de demostrar a los simpatizantes en la sede del partido en Sarriá y en el PSC, que le esperaron con sendas tartas, su buena disposición física.

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Borrell apagó las 51 velas de su cumpleaños de golpe. Por la tarde, ya en el aeropuerto de Barajas, una joven se le acercó para felicitarle, a pesar de advertirle que siempre había sido de derechas. Borrell lo agradeció y encontró la réplica oportuna: "Ya es difícil ser siempre de derechas".

Se marchó a casa, pensó en tomar una dosis de Urbasón para recuperar su voz y esperó su momento más deseado. Ya casi de noche cruzó el umbral de Ferraz y se tropezó con el primer aviso del aparato.

Atravesó la puerta e intentó hacer unas declaraciones. En ese momento de los altavoces colocados para la fiesta surgió estruendosamente una sintonía musical. Borrell no se inmutó y ya observó en ese momento que estaba bien rodeado.

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Caras de incertidumbre

Las caras de los varios cientos de militantes y simpatizantes socialistas reunidos ayer en Ferraz, la mayoría de los comités de apoyo a Borrell, no eran exactamente de sorpresa en cuanto se empezaron a filtrar los primeros datos, aunque sí de incertidumbre ante el camino que se abre ahora en el partido. No había muchos exaltados ni forofos de ninguno de los dos bandos, pero sí corrillos de especuladores. "¿Y ahora qué?".

Todas las quinielas se rompieron a las 23.45 de la noche. Ciscar ofreció los resultados y explotó un aplauso colectivo. Se oyó algún "¡viva el PSOE!".

Los dirigentes más establecidos valoraron entonces la participación y la democracia interna. A un espontáneo se le escapó: "La de abrazos que va a recibir ahora Borrell. La gente ha descubierto por fin su sex symbol".

Borrell, al culminar su exposición, ya como ganador, no concedió ninguna oportunidad para el exceso ni la celebración excesiva. Emplazó a todos para el día siguiente a trabajar. En la calle, a la 1.45 de la madrugada, aún se escuchaban cánticos de militantes socialistas que entonaban La Internacional.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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