_
_
_
_

Facultad de actores

Para la mayoría, la interpretación es un entretenimiento más, pero para algunos es la vida. Los integrantes de los grupos de teatro universitario están constituyendo con cada año que pasa una realidad cada vez más viva. Un Certamen de Teatro Universitario de Sevilla, cada vez más prestigioso, es la prueba de que la semilla plantada por jóvenes actores y actrices está dando sus frutos. Muchos de los que suben a las tablas compaginan los estudios en la Escuela de Arte Dramático con otra carrera. Tres años ha estado Trini León repartiendo su tiempo entre Arte Dramático y Magisterio. "Cuando has decidido que el teatro va a ser tu vida, comes con él, te acuestas con él e, incluso, no tienes por qué salir de él, por lo que es muy difícil sacar el tiempo para otra cosa que no sea teatro, teatro y teatro", afirma. Trini, junto con otros compañeros de Arte Dramático y de otros grupos, ha creado Teatro Líquido, con el que ha representado su obra Y perdiste el Paraíso. Un paso más hacia su gran aspiración: dedicarse a dirigir. Al escenario se acerca gente de todo tipo; si no, basta con conocer a Jorge Cuadrelli Rubinich, un argentino que huyó de Videla y sus torturadores a finales de la década de los setenta. Tiene una academia de interpretación en Triana, está desarrollando clases de expresión corporal en la Fundación de Flamenco Cristina Heeren y dirige al grupo de estudiantes que integran Pánico, el grupo más veterano de los que participan en el certamen. Su experiencia como director de teatro universitario le tiene muy satisfecho: "Es apasionante porque supone ayudar a estos chicos desde sus comienzos a encauzar su creatividad y conseguir que estén renovando continuamente, algo muy difícil en una ciudad tan conservadora como Sevilla". Cuadrelli cree que su aventura sevillana, iniciada "después de las subvenciones de la Expo", se desarrolla en "un ambiente teatral más auténtico y libre de los pisotones para ver quién pone antes la mano". Los retos a veces son durísimos. Delirium Tremens, compuesto esencialmente por estudiantes de la Facultad de Geografía e Historia de la Hispalense, se propusieron algo tan arriesgado como escenificar a Plauto, en esta ocasión su obra Cásina. El amor, los celos y el conflicto intergeneracional confieren a este clásico una vigencia extraordinaria. "El esfuerzo fue tan grande que estuvo a punto de rompernos. Empezamos con tres ensayos por semana, pero nuestra exigencia nos llevó a tener un ensayo diario de cuatro horas durante cerca de dos meses, porque queríamos hacer un Plauto cercano al público actual sin desvirtuar el texto", confiesa Eloy Rojas, un recién llegado al grupo. El teatro universitario sevillano se consolida con esfuerzo. Esther Vila, una de las más veteranas del grupo Pánico, mira sin nostalgia a sus primeros años: "Ahora todo ha cambiado. Lo normal es que los grupos se busquen asesoramiento de actores o directores profesionales, se impongan una disciplina muy dura y que aspiren a experimentar más y a conseguir mejores resultados". Este año Pánico ha presentado una tragicomedia musical elaborada a partir de fragmentos de Shakespeare, Lorca, la película Lo que el viento se llevó y textos propios. Un pequeño circuito de salas alternativas, formado por la Alameda, la Imperdible y El Cachorro, permite a grupos universitarios como Tres Tigres, Taldea o La Tarara presentar sus nuevas propuestas. Pero los cambios son muy lentos y el sueño de todo actor en Sevilla sigue siendo marcharse a Madrid o a Barcelona. Los casting son pocos y frustrantes. "Aquí se busca más una imagen concreta que a un buen profesional. Lo normal es que te pidan una foto de cuerpo entero cuando les preguntas qué tienes que interpretar durante la prueba. Ni currículum, ni trabajo duro, sólo fotos y más fotos", asegura Trini León. Ése es el sistema para apreciar las dotes interpretativas de nuevos valores. Pero, a pesar de los problemas de siempre, los pasillos de las facultades siguen llenos de jóvenes talentos dispuestos a comerse los escenarios en cuanto se les abra el telón. Tienen hambre de tablas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_