Respuesta a Consuelo Álvarez de Toledo
Hace cuatro meses que Antena 3 TV cerró La Sonrisa del Pelícano con métodos propios de la dictadura. Pero no está conforme, ni tampoco con el añadido de incumplir el contrato y verme obligado a llevarlos a los tribunales sino que no cesa en el linchamiento que comenzó el mismo 1de diciembre de 1997. Es lógico que la señora Álvarez de Toledo trate de justificar su cargo. Según cálculos que se pueden hacer a partir de sus propias palabras, su trabajo consiste en atender una media de algo más de cuatro llamadas telefónicas al día. Aunque incluso "para que me ayude en las llamadas" ha contratado "una jefa de gabinete". En cuanto a sus opiniones, como no se trata de una profesional de la televisión -ser periodista no supone serlo automáticamente- serían perfectamente prescindibles de no ser injuriosas para el centenar de personas que hacíamos el programa censurado y que, al paro forzoso, a los procesos judiciales, han de añadir continuas ofensas. Sin duda quiere justificar que en cuatro meses no haya hecho otra cosa que convertirse en defensora de A-3 en vez del espectador. Por el contrario, cualquier Espectador de la Defensora de A-3 podría mostrar un pliego de agravios que va desde el incumplimiento de los topes publicitarios hasta la violencia contra la mujer. Una vez más, otro ejemplo de vigencia de la parábola bíblico-oftalmológica de la paja y la viga. Y si lo que mueve a la señora Álvarez es la cualidad de estómago agradecido, muy humana ycomprensible, debería ser más generosa: no debe su momio sólo a A-3 sino a la existencia del Pelícano, y por tanto, la posibilidad de cerrarlo. Su cargo no obedeció a otra cosa que vestir el cierre de un programa con modales infames y el cínico incumplimiento de contrato. De manera que, por mucho qué se empeñe, la historia está escrita: dos temporadas y un trimestre de programas nocturnos diarios siempre en el liderazgo. También lo del código ético y lo de la defensora: trasunto extemporáneo del Código Hays que tanto daño hizo al cine y como éstos, destinados a la vergüenza, al fracaso y al olvido. Ex director de La Sonrisa del Pelícano.
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