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FÚTBOL 33ª JORNADA DE LIGA

José Mari rompe al Deportivo

El Atlético se impone al contragolpe

Santiago Segurola

En un día con mucho aire, el Atlético se encontró con el viento de cola: José Mari marcó en el primer minuto y puso un partido comodísimo para el equipo rojiblanco. La oposición del Deportivo fue mínima, la típica prestación de los equipos que dan la Liga por acabada. Aunque su problema es de fondo. Después de forjarse una identidad muy definida -gente profesional, dos o tres brasileños de gran calidad y un espíritu competitivo que le colocó por dos veces a las puertas del título-, el Deportivo ha perdido la onda. Es una suma improductiva de jugadores de aquí y de allá, sin compromiso con el club y sin interés por recuperar el prestigio perdido.Tampoco el Atlético realizó nada extraordinario. Como el fútbol tiene un carácter voluble, los goles del Atlético se produjeron cuando peor jugaba el equipo. Pero la ayuda de los defensores del Deportivo resultó inestimable. En el primer ataque rojiblanco, José Mari hizo todo perfectamente, y Ramis imperfectamente. Lo bueno de José Mari fue su arrancada, su cambio de dirección, un recorte estupendo y el remate, que no lo fue, porque dejó la pelota junto al palo y delicadeza. Lo malo de Ramis fue su ineficacia para tapar la carrera de José Mari y su debilidad para aguantar el regate en el área. Vamos, que se lo comió y dejó a José Mari frente al portero.

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El Atlético le sacó un gran rendimiento a ese gol, aunque su juego fue bastante vulgar en el primer tiempo. Se retrasó, juntó las líneas, metió bastante pierna y esperó algún contragolpe. Llegaron pocos, aunque parecía el partido ideal para José Mari, siempre desbordante. Cada una de las carreras de José Mari tuvo un efecto desestabilizador en la defensa del Deportivo, que no estaba para ruidos.

Durante unos minutos, el Deportivo hizo como que hacía. Disponía de la pelota, jugaba en el campo del Atlético y se acercaba levemente al área. Pero a su juego le faltaba intensidad y buenas decisiones, aunque resulta difícil decidir con futbolistas mediocres. El paso de Bebeto y Rivaldo a Abreu y Scaloni es desolador. Este Abreu pertenece a una nueva raza de jugadores propagada por la prensa, que agita y ríe las tonterías de gente que se autoproclama loca. Así que Abreu actúa para las cámaras de televisión. Pero jugar no juega. o por lo menos no tiene la intención de hacerlo.

Con todas sus intermitencias, Fran realizó lo más decente del Deportivo. Al menos es un futbolista claro, capaz de cumplir con lo básico: un pase a un compañero, un cambio de frente, una pared. Los demás interpretan el fútbol con una confusión alarmante. Hadji, Scaloni y Basir se enrededaron en cada balón. Su falta de clase supone una malísima noticia para el Deportivo si pretende seguir con este equipo para la próxima temporada.

El Deportivo amagó y no dió durante veinte minutos. El Atlético se tapaba y jugaba mal. El segundo gol reprodujo a la perfección el estado del encuentro. Córner a favor del Deportivo, Molina descuelga la pelota, duda entre esperar o sacar largo, finalmente la tira lejos, a ver qué pasa. Y lo que pasa es que la defensa gallega es incapaz de controlar a José Mari, que baja el balón, lo cede a un centrocampista y sale a la carrera. Sorprendentemente, los centrales entran en estado de shock: tiran el fuera de juego a destiempo y dejan que José Mari progrese hasta el primer palo. Desde allí mete el pase y, por supuesto, Paco ayuda bastante: remata contra su portería.

El tercer tanto también fue un accidente dentro de un partido destemplado. Bonisel carga con el hombro a Kiko y el árbitro decreta penalti. No lo era, pero los árbitros son gente impredecible. Con el tercer gol, el Atlético se dio al contragolpe y el Deportivo a la vida muelle. No le iba este partido, y menos con tres goles en contra.

Se vio al mejor Atlético en la segunda parte. No recibió una sola ocasión de gol y practicó la contra con bastante agilidad, especialmente cuando intervino José Mari, que añadió otra cualidad a su juego: buscó a Kiko con reiteración y ya se sabe que Kiko mejora cada jugada. Para Paco y Ramis supuso un grave problema la velocidad de José Mari y el ingenio de Kiko. Sin embargo, los goles no llegaron. Se vio alguna jugada espléndida -una parábola de Pantic que se estrelló en la escuadra- y tres apariciones que parecían definitivas de los delanteros rojiblancos. No lo fueron. El fútbol es juguetón: tres goles en un mediocre primer tiempo y nada en un aceptable segundo. Aceptable del Atlético. Del Deportivo no hubo noticias.

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