Segundo triunfo de Sporting
El Espanyol el rival más complaciente en El Molinón
Un Espanyol ruinoso sin motivación ni fútbol, se dejó ir de manera incomprensible frente al Sporting, que no ha conocido en toda la temporada un rival tan complaciente. La mejoría del colista en defensa -ayer cumplió su tercer partido consecutivo sin encajar un gol- no explica el resultado de un choque que parecía sobrar para los blanquiazules. Las advertencias de Camacho, que había notado la relajación de sus jugadores, no sirvieron para nada. El Espanyol se arrastró por un campo propicio para casi todos los visitantes esta temporada.Hasta el minuto 22, con las gradas vacías y los equipos fríos, aquello parecía un bolo de pretemporada, hasta que Toni se entretuvo con un balón cedido por su defensa y se lo dejó arrebatar por Tcherishev. En una reacción instintiva, Toni desplazó al ruso que forzó la caída. García Aranda desde el centro del campo, señaló penalti, pero no expulsó a Toni. Para completar el esperpento, José Antonio Redondo, que se estrenaba en el banquillo del Sporting, decidió que otro debutante, Salva, corriese con la responsabilidad. Toni no tuvo mayor problema para detener el lanzamiento y tapar así su tremendo error anterior.
Lejos de hundir al colista por excelencia de la Liga, el fallo parecíó motivar al Sporting, que sólo con una buena dosis de atención y ganas superó a su ríval. Pese a que se jugaba sus últímas bazas para entrar en Europa, los visitantes siguieron to- mándose el partido como un trámite. Enfrente, un Sporting ya descendido se aplicaba en el juego con la velocidad y el carácter que distinguió al equipo de Camacho no hace mucho. Sólo Toni estuvo entonado y salvó algún gol más antes del descanso, sobre todo una falta lanzada por Nikiforov.
El triple cambio de Camacho en el descanso despejó cualquier duda. Seguro que al temperamental entrenador le hubiese gustado sacar del campo a casi todos los jugadores. En un primer momento, la medida pareció dar resultado. Pero el dominio territorial ante un Sporting temeroso del nombre de sus rivales, no llegó acompañado de un mínimo de pasión.
El Sporting aguantó sin problemas esa fase de dominio visitante y en el primer contragolpe peligroso forzó un córner que acabaría siendo decisivo. El remate de Tcherishev, un delantero de apenas 1,70 de estatura, delató el escaso interés de los jugadores del Espanyol en el partido. El ruso remató de cabeza en el área pequeña, rodeado por las inmóviles torres blanquiazules.
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