Los productores de teatro atacan a Villapalos por su "caótica política"

Gustavo Villapalos, consejero de Educación y Cultura, recibió ayer duras críticas por parte de la Asociación Española de Productores de espectáculos Teatrales. Enrique Cornejo y Jesús Cimarro, presidente y secretario general, respectivamente, afirmaron que las dos últimas iniciativas de Villapalos (la creación de un teatro estable de la Comunidad y la obra encargada a Camilo José Cela, por la que éste ha cobrado 100 millones de pesetas del Banco Santander) confirman su "caótica política teatral.

"Las salidas de Villapalos no son fruto de un programa, sino de la improvisación", dijeron ayer Cornejo y Cimarro. Los productores consideran un disparate crear un teatro estable, proyecto que Villapalos ha ofrecido al actor y director catalán Josep Maria Flotats: "Villapalos no ha hecho las cuentas de lo que cuesta; pero nosotros, sí: no baja de unos 600 o 700 millones anuales. O nos ha mentido todos estos años, diciendo que no había más dinero para el teatro, o ha perdido el que debe ser su único objetivo: potenciar una industria teatral autonómica, con una actitud que vaya más allá de sus caprichos". El presidente Alberto Ruiz-Gallardón confirmó ayer el interés de la Comunidad por Flotats: "La disposición de la Comunidad es favorable a todo diálogo que pueda incorporar al activo cultura] de nuestra región inteligencia, sensibilidad y experiencia, condiciones todas ellas que reúne Flotats".Respecto al encargo a Cela, los productores afirmaron: "Está en su derecho de pedir esa cifra, pero es inmoral pagársela, aunque lo haga una entidad privada. Y los 200 millones del montaje de Cela, que ahora Villapalos dice que no puede asumir, son ajustados, ya que la obra requiere 92 actores. Pero todo responde a una política teatral hecha a salto de mata, sin olvidar que el encargo se hace a un autor que nunca ha destacado en teatro".

Y añadieron: "Lo que no entendemos es que esto ocurra en una Administración encabezada por Ruiz-Gallardón, amante y conocedor del teatro. Pero trabaja con un consejero que reconoce que no va ni le preocupa el teatro, y que cuando hace algo crea enredos y situaciones complicadas".

Los productores creen que Madrid no necesita un teatro estable hasta que no se potencien las estructuras existentes, las salas alternativas, el teatro de la Abadía, el Albéniz o las ayudas al sector, que consideran nimias y estancadas desde hace años: "Las relaciones son gratas y sacrificadas por nuestra parte. No es justo que nos den una coz de este calibre".