La justicia inhabilita a Le Pen por dos años

, Las imágenes que muestran a un Jean-Marie Le Pen iracundo tratando de golpear con saña e insultando a una mujer caída en el suelo, acorralada contra la pared de una calle de Mantes-la-Jolie, le ha costado caro al presidente del Frente Nacional (FN). El Tribunal Correccional de Versalles le condenó ayer a dos años de inhabilitación para ejercer cargo público y tres meses de prisión por las "violencias en grupo" e "injurias públicas" de las que fue víctima la diputada socialista Annette Peulvas-Bergeal. Ironías de la historia, la casualidad quiso ayer que la condenada Maurice Papon coincidiera con la del presidente del partido que pretende la rehabilitación del régimen colaboracionista con la Gestapo.

El líder de la ultraderecha francesa no irá a prisión, porque el cumplimiento efectivo de la pena está en este caso sujeto a la reincidencia futura, aunque, conocidas sus inclinaciones y sus arrebatos, tampoco puede descartarse que este hombre llegue a pisar algún día la cárcel. Las perspectivas son bastante más sombrías para él en el terreno de la inhabilitación para cargo público, ya que sólo podrá conservar su escaño del Parlamento Europeo y su puesto de consejero regional de la Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA) si el tribunal de apelación considera el recurso que, sin duda, interpondrá en el plazo de 10 días. El Grupo Socialista del Parlamento Europeo solicitó ayer la expulsión de Le Pen de la Asamblea de la UE.Le Pen deberá indemnizar además con 20.000 francos (medio millón de pesetas) a la agredida diputada socialista. El tribunal de Versalles ha condenado igualmente a multas de 3.000 francos (75.000 pesetas) a cinco guardaespaldas del FN componentes del denominado Departamento de Protección y Seguridad (DPS), así como. a un-contramanifestante que fue sancionado con dos meses de cárcel y sendas multas de 2.000 y 3.000 francos.

Tras su comparecencia en la vista, el pasado 20 de febrero, el presidente del FN advirtió de que una pena de privación de sus derechos cívicos "rompería muy gravemente el equilibrio de nuestras instituciones y colocaría a la justicia", dijo, "en caminos peligrosos y perjudiciales para todos". Añadió que el fiscal, que reclamaba la misma pena adoptada por el tribunal, "está a las órdenes directas del poder social -comunista", y pretende, indicó, "la eliminación de un rival político peligroso". Hoy se producirá la reacción oficial de Le Pen a la condena, pero su número dos, Bruno Mégret, la calificó ayer de "maquinación político-judicial".

La retirada de Le Pen de los cargos públicos, su imposibilidad de concurrir a elección alguna, puede precipitar la batalla sucesoria que el número dos del Frente Nacional, Bruno Mégret, libra soterradamente desde hace tiempo.

"Enfrentamiento físico"

Los hechos probados por el tribunal de Versalles establecen que el 30 de mayo del pasado año, en Mantes-la-Jolie, municipio que preside su hija Caroline, el presidente del FN "perdió el control de sí mismo ( ... ) y, sordo a las llamadas de calma, buscó el contacto directo con sus oponentes, incluido el enfrentamiento fisico". En su fallo, el tribunal no se priva a la hora de caracterizar la actitud de Jean-Marie Le Pen. "Un comportamiento semejante, provocador y agresivo", dice, les manifiestamente indigno de un hombre político y presidente de un partido, y, en consecuencia, debe ser severamente castigado".La exposición judicial de los hechos se aleja sideralmente de la versión, pretendidamente divertida, del incidente que el líder de la extrema derecha ha suministrado a sus seguidores durante los mítines de la pasada campaña de las regionales. Nada que ver con la "actitud defensiva" que se atribuye el jefe del FN y con Ias provocaciones histéricas" que adjudica a la diputada socialista. Rodeados por sus respectivos simpatizantes -y un ejército de guardaespaldas añadido en el caso de Le Pen-, ambos coincidieron durante la campaña electoral de las legislativas en esa ciudad de expansión suburbial y fuerte inmigración, situada a 60 kilómetros de París.

A la inhabilitación por dos años dictada ayer, el líder del Frente Nacional tiene que sumar estos últimos días el calificativo de "racista y xenófobo" que el presidente de la República, Jacques Chirac, adjudicó públicamente a su partido, así como las medidas en estudio para marginar a esa formación de la vida política francesa. Según una encuesta reciente, uno de cada tres franceses se muestra favorable a la prohibición pura y simple del FN, y el 55% estima que la forma más eficaz de disminuir la creciente influencia política de la extrema derecha es rechazar toda alianza electoral con esa formación. Le Pen tiene aún abiertas otras causas.