"Madrid es como una amante siempre entregada".
Como locutor de un programa de radio en Bilbao, Tontxu Ipiña empezó a recibir hace unos años los discos que le enviaban desde Madrid de Pedro Guerra, Paco Bello o Javier Álvarez. Se percató de que las canciones de estos artistas eran muy parecidas a las que él hacía en casa en sus ratos libres, que ya había cantado por algún bar de su ciudad. Decidió abandonarlo todo y venir a Madrid para probar fortuna en eso que había oído hablar de los nuevos cantautores. Libertad 8, el Café del Foro o La Redacción, empezaron a incluirle con regularidad en su programación y no dejó de enviar cintas a las discográficas. Hasta que por fin le han grabado. Por mencionar juegos como el parchís o el Trivial y utilizar verbos como el de chinchar, Tontxu, de 25 años, está considerado la parte más blandita y edulcorada de la nueva canción, pero quiere huir de eso presentando hoy el disco en un recinto de lo más serio y riguroso.Pregunta. Con usted, ¿no son ya demasiados nuevos cantautores?
Respuesta. Yo hago canciones con música, armonía y melodía, que no sé sin son de cantautor, de jazz o soul. Me da igual dónde me incluyan, lo que quiero es que se escuchen. Si para lograrlo sirve lo de nuevo cantautor, pues vale.
P. Pero haberlos, haylos...
R. Parece que hay un movimiento de gente que hace música con raíces en la de los cantautores de los años sesenta. Hay puntos en común en las formas, pero los cantautores de ahora no tienen nada que ver, han cambiado mucho las cosas.
P. ¿Es que ya no hay nada por lo que protestar?
R. Yo no busco la protesta porque no creo en ella. Prefiero ser constructivo. Si hablo de los chaperos, la homosexualidad o del amor, lo hago como simples fotografías, no juzgo.
P. ¿Cree eso de que el rock combativo les está quitando el espacio del compromiso?
R. Es que no conozco a nadie que haya muerto de sida, no tengo amigos yonquis, no tengo amigos a los que metan en la cárcel por cosas injustas. Igual estoy en un contexto demasiado pijo para ser cantante protesta. No soy un puteado social. Soy de clase media total, sin agobios, pero sin excesos.
P. ¿Encontró en Madrid las expectativas con las que salió de Bilbao?
R. Vine sólo con la ilusión de tocar en el Libertad 8. Pero esta ciudad me enganchó y decidí quedarme, al margen de que, enseguida, tuve suerte con managers y discográficas.
P. ¿Qué le da esta ciudad?
R. Es más que mi segunda casa. Madrid me flipa, estoy enamorado: llevo dos años con Madrid como pareja y nos va muy bien. Es imposible aburrirse, te da todo, es como una amante entregada las 24 horas del día.
Tontxu. Hoy, a las 22.00, en el Palacio de Congresos. Paseo de la Castellana, 99. Metro Santiago Bernabéu. 1500 y 1600 pesetas.
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