Manifestación por el agua

El pasado 22 de marzo era el Día Mundial del Agua, bajo los auspicios de Naciones Unidas. La fecha, sin duda, era señalada y tenía particular interés en un país como el nuestro en el que la gestión de este elemento natural proyecta notables conflictos sociales, económicos y políticos. Con tal motivo, la víspera, el sábado 21, tuvo lugar en Madrid una manifestación promovida por Coagret que contó con el apoyo de un centenar de colectivos ciudadanos, sociales y políticos. La manifestación fue protagonizada en gran medida por los afectados por proyectos de grandes presas venidos en decenas de autobuses desde Andalucía (Málaga, Cádiz y Sevilla), el alto Júcar y el Guadiana, la cuenca del Tajo (especialmente de la comarca de Aranjuez), el Duero (sobre todo de Burgos y Soria) y el Ebro (Navarra, el delta y especialmente de Aragón). La manifestación disponía además de todo tipo de elementos imaginativos y simbólicos que la hicieron especialmente atractiva.Ante todo ello usted entenderá la profunda decepción que nos produjo el domingo 22 el tratamiento que EL PAIS ofreció en esta señalada fecha a sus lectores sobre el polémico problema de la planificación y la gestión hidráulica. ¿Cree usted sinceramente que la jornada del Día Mundial del Agua quedó bien tratada en su diario con esa página, máxime habiendo habido oportunamente, justo la víspera, la citada manifestación?

Créame que somos muchos los que todavía ansiamos poder volver a ser lectores asiduos de su periódico, que, un día no tan lejano, se distinguió por ser ejemplo de independencia, objetividad y progresismo. Y no desesperamos de ello, pero la verdad es que hechos y actitudes como los denunciados en esta carta no colaboran precisamente a que esto sea posible de momento...- Profesor titular del departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y miembro del secretariado de Coagret.