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La patronal italiana quiere romper la concertación por la ley de 35 horas

La semana laboral en Italia será de 35 horas a partir de enero del año 2002 en todas las empresas con más de 15 empleados. Ésta es, al menos, la voluntad del Gobierno de centro-izquierda, que aprobó casi de tapadillo el martes por la noche el correspondiente proyecto de ley que tendra que recibir ahora la luz verde del parlamento. La decisión del ejecutivo que dirige Romano Prodi provocó ayer durísimas criticas de la patronal,que la "califica de grave peligro" y que amenaza con romper el actual consenso social.

"Con este proyecto, el Gobierno da por rota la concertación", decía la patronal Confindustnia en un comunicado. A título individual son muchos los empresarios italianos que, como el presidente honorario de Fiat, Gianni Agnelli, han señalado el peligro de destrucción de empleos que representa la ley de las 35 horas.Ni siquiera los sindicatos parecen especialmente entusiasmados por la nueva ley, que viene a plasmar el compromiso alcanzado en otoño pasado por el Gobierno del Olivo con el Partido de Refundación Comunista, para asegurarse la mayoría gubemamental. Sólo el líder neocomunista, Fausto Bertiñotti, se manifestó "satisfecho" ayer por este documento, que será debatido en el Parlamento después de Semana Santa.

El proyecto, que consta de cinco artículos, y que, como ayer recalcó el vicepresidente del Ejecutivo, Walter Veltroni, está abierto a posteriores retoques y modificaciones parlamentarias, fija incentivos económicos para aquellas empresas que se adhieran a la normativa. El Gobierno destinará unos 800.000 millones de liras (69.000 millones de pesetas) a este fin. Al mismo tiempo establece penalizaciones fiscales para las que la incumplan. No obstante, el límite a partir del cual se contarán las horas extraordinarias seguirá siendo el de las 40 horas semanales.

Flexibilidad

En, un intento desesperado de quitar hierro a una ley que ha puesto en pie de guerra a la patronal, el Gobierno ha insistido en que su aplicación será flexible, dejando un margen a la concertación directa entre empleados y patronos. Sin embargo, nada ha podido evitar la virulenta reacción de Confindustria, que decidirá mañana si definitivamente se desmarca de los acuerdos-marco firmados con los sindicatos y el Gobierno en 1993.Ante la tensa situación creada, que enturbió ayer la satisfacción del Gobierno por la aceptación de Italia en el grupo de cabeza del euro, Sergio Cofferati, líder del principal sindicato -el filocomunista CGIL- hizo un llamamiento a la patronal, "para que triunfe el sentido común" y no tome decisiones que además de enfrentarla al Ejecutivo la colocarían contra los sindicatos.

"Europa bien vale una misa", declaraba ayer el presidente de la patronal, Giorgio Fossa, "pero para nosotros es una misa fúnebre". La acusación esencial de Confindustria es que con esta ley el Gobierno ha optado por su propia supervivencia, en lugar de "optar por los intereses del país". Alianza Nacional, el partido de derechas que integra la coalición de oposición, se sumó ayer a la propuesta del otro ,gran partido del Polo, Forza Italia, de que se convoque un referéndum sobre las 35 horas.

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