El 'combate extremo' salpica a España
Se han celebrado veladas con premios millonarios y se han abierto academias en Valencia y Mataró
Douglas Dedge, estadounidense de 31 años, murió el pasado miércoles día 18 en el Instituto de Neurocirugía de Kiev (Ucrania). Había sido hospitalizado la noche del lunes, inconsciente, como consecuencia de los golpes que le propinó el luchador local Yevhen Zolotaryov en el Palacio de Deportes de la capital ante 4.000 espectadores. Fue sólo en cinco minutos y no tras un combate de boxeo, ni de las artes marciales en que existe contacto, pero que se disputan con guantes. Fue en el denominado ultiniate fighting, combate extremo, o no hold barred, sin límites, aunque algunos sí se guardan: no está permitido morder, arrancar el pelo, meter los dedos en los ojos o golpear los genitales.El imperio de las antiguas repúblicas soviéticas, con el caldo de cultivo mafioso que pulula en ellas, y especialmente Ucrania, es uno de los paraísos actuales de una modalidad que se inició en Estados Unidos y también ha arraigado en Brasil. Pero España tampoco es ajena a esta última salvajada en la que se mezclan para acabar con el adversario todos los sistemas de combates violentos. Dos academias, en Valencia y Mataró (Barcelona), preparan luchadores, aunque maticen que no específicamentepara estos combates
En España se han disputado veladas de este tipo de combates, aunque no recientemente. Se llaman combates a KO. Se han celebrado, por ejemplo, en Tenerife. La última conocida fue en Barcelona, organizada por una empresa surcoreana y otra española. Ocho competidores se enfrentaron por el sistema de Copa y el ganador, un luchador de wushu, ganó un millón pesetas gracias a que las entradas costaban 5.000.
La lucha sin reglas se practica en España desde noviembre de 1996. Esa fue la fecha de apertura del Shooter Alphas, un gimnasio de Valencia que, bajo la denominación de Shoot Fighting, imparte lecciones de una modalidad de combate en la que todo vale a cerca de 200 jóvenes que, casi diariamente, acuden a la academia. El creador de la marca Shoot fighting, Alejandro Iglesias, un avezado luchador curtido en la práctica de diversas artes marciales, concibió esta modalidad de combate después de estudiar profundamente muchas de las técnicas orientales de lucha. Cuestión de nombres: las lecciones impartidas en el gimnasio valenciano, el primero abierto en España, son iguales a las que aprenden los luchadores asiáticos, brasileños o norteamericanos que participan en competiciones con apuestas de por medio y elevadas dosis de violencia.
Pero los responsables del gimnasio relativizan la crudeza de este estilo de lucha. "Es cierto que vale casi todo, pero la filosofía de nuestras lecciones descarta la violencia y es altamente improbable que en los combates en los que participamos suceda alguna desgracia. Lo que pasó en Kiev fue un accidente, lamentable y excepcional", explicó ayer uno de los practicantes de esta modalidad, que no quiso revelar su nombre. Precisamente, Alejandro Iglesias, director del gimnasio, tenía previsto regresar ayer a Valencia después de haber participado, junto a cinco de sus discípulos, en un campeonato de lucha sin reglas celebrado en Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Ninguno de los trabajadores del centro quiso hacer declaraciones en su ausencia.
Mientras, algunos de los practicantes de esta actividad, entre ellos, un joven de 16 años desplazado hasta la capital árabe, han abandonado sus estudios o trabajos para dedicarse en cuerpo y alma a un "deporte de rápido crecimiento. En pocos años, el campo profesional repartirá importantes beneficios a los buenos luchadores", aseguró la misma fuente. Otro ¿e los adolescectes que acude a imbuirse de las técnicas del shoot figliting (por debajo de la veintena, pelo rapado y pendiente en la oreja) asegura que algunos de los prácticantes que acuden al Shooter Alphas han participado ya en campeonatos de lucha sin reglas: "En campeonatos con árbitros y una normativa clara, no en combates salvajes". Ninguno de los alumnos de la academia han asistido o tienen constancia de la celebración de combates ilegales en los que se apuesten grandes cantidades de dinero. 'Tos campeonatos se celebran con publicidad y normalidad", dicen. La marca shoot fighting ha sido registrada por sus creadores, que ya han cedido en franquicia el uso de la misma a un gimnasio instalado en Mataró. El responsable del mismo, Javier García, se formó en las técnicas del shoot fighting tras varios meses de estancia en Valencia. Por otra parte, según un portavoz de la policía de Valencia, las autoridades ni han abierto ni tienen previsto abrir ninguna investigación a un gimnasio que" cuando fue abierto, cumplía escrupulosamente la legalidad".
En la Academia Shooter de Mataró practican esta modalidad de lucha casi 30 personas, principalmente hombres, desde el mes de febrero, cuando fue abierto el centro. La Academia está situada en el primer piso de un edificio del barrio de Rocafonda de Mataró.
En la publicidad de la Academia Shooter se puede leer que la eficacia del shoot figliting, al que califica como "el deporte de contacto del siglo XXI, "radica en la gran variedad de técnicas que permiten golpear con los puños, pies, codos, tibias, rodillas, cabeza..., además de proyectar al oponente y utilizar estrangulaciones y luxaciones prohibidas en, prácticamente, todos los sistemas de lucha". Las reglas, descritas en esta publicidad, establecen que "se permite todo, excepto morder y atacar a los ojos". Xavier García, responsable de la academia de Mataró, se negó ayer a realizar declaraciones a la prensa escrita argumentando que ésta tergiversa sus palabras. En un programa televisivo, García explica que en la academia se utiliza un método de enseñanza que no admite el contacto físico entre los luchadores y agrega que la estrategia se basa en una combinación de posiciones para provocar la rendición del oponente mediante luxaciones y palancas sobre las articulaciones, "que no suelen comportar lesiones ni mayores problemas".
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