En estado de gracia

La trayectoria del Lazio durante este año ha sido espectacular. Su última derrota se produjo el 6 de diciembre de 1997 frente al Juventus, en partido de Liga. Desde entonces el equipo romano ha encadenado una serie de 21 encuentros sin perder. Su progresión le ha permitido colocarse en segunda posición del campeonato italiano, a sólo dos puntos del Juventus, alcanzar la final de la Copa y disputar la semifinal de la Copa de la UEFA frente al Atlético de Madrid.Dirigido por el veterano entrenador sueco Sven Eriksson, el Lazlo mantiene algunas constantes de su anterior técnico, el checo Zeman. Juega en zona, con una línea de cuatro defensas, con un medio centro puro -Venturin ahora, Almeyda antes- y con tres centrocampistas dinámicos, potentes, llegadores y con un gran sentido táctico: Diego Fuser, el checo Pavel Nedved y el yugoslavo Jugovic. La combinación es letal porque los tres son complementarios. Fuser vive sus mejores momentos: un jugador de gran recorrido, poderoso y temible en los remates. Jugovic procede del Juventus, donde se le echa de menos. Listo y laborioso, añade una interesante cuenta de goles. Nedved ha confirmado lo que se pensaba después de la Eurocopa: es el mejor futbolista checo. Punzante y habilidoso, irrumpe en el área con una precisión extrema.

La delantera está integrada por el exquisito Roberto Mancini, en su primera temporada en el Lazio después de toda una vida en el Sampdoria, y el croata Alen Boksic, que ha emergido hasta convertirse en una de las estrellas del campeonato italiano. A su poderío ha añadido el sentido para el gol que le ha faltado hasta ahora.

La defensa se ha mostrado invulnerable en los últimos tiempos. Nesta pasa por ser el mejor central italiano; Negro actúa con la misma eficacia en el centro de la defensa que como lateral; el argentino Chamot es un clásico en cualquiera de las dos bandas; y Favalli funciona francamente bien como lateral izquierdo.