Méndez propone reactivar la alianza con la izquierda, aunque no para derribar gobiernos
Apenas seis líneas de un discurso de una hora dedicó ayer el líder de UGT, Cándido Méndez, a recordar que el sindicato ha superado una gravísima crisis interna. Así, la central inició su 37º Congreso, que pretende archivar el pasado y debatir problemas como el paro o la estrategia para lograr la jornada laboral de 35 horas semanales en el año 2000. Para esos objetivos, Méndez cuenta con el PSOE e IU, a quienes propuso "relanzar la alianza con el movimiento sindical". Con una precisión, "no es una alianza para derribar gobiernos'' sino ara combatir algunas de sus medidas.
Méndez citó, entre estas medidas, la reforma del IRPF o un plan de empleo poco ambicioso. Al Ejecutivo le hizo una advertencia por si insiste en esas propuestas: ''Pasaremos del diálogo y del chispazo puntual a una oleada de tensiones sociales generalizadas".El líder de UGT despachó ayer con una breve mención la crisis interna que tuvo a UGT dividida: "Todos hemos sido conscientes de la herencia de 110 años que había que preservar, personalizada hoy aquí en Nicolás Redondo". El dirigente histórico, mientras tanto, mostraba su convicción de que este congreso se va a desarrollar con "sosiego" y dedicado a abordar alternativas. Redondo también subrayó: "Esto demuestra lo acertados que estuvimos los anteriores dirigentes al apoyar a este candidato".
Para iniciar esa etapa de normalidad se ha elegido como presidente del congreso a Manuel Fernández, Lito, oponente de Méndez para suceder a Redondo en 1994 y en el congreso extraordinario de 1995 en el que derivaron los crudos enfrentamientos entre los dos sectores. Lito es el encargado de orquestar los debates de los 800 congresistas, iniciados con el análisis de la gestión de la ejecutiva saliente, que contó con el apoyo del 99,86% de los delegados (732 votos a favor y una abstención).
Para luchar contra la propuesta de reforma del IRPF y el plan de empleo que pretende el Gobierno, Méndez ofreció ayer a la izquierda -"nuestros aliados naturales"- relanzar sus relaciones. Y también para defender un modelo de sociedad basado en el respeto de las libertades, el pleno empleo, la jornada de 35 horas, un consenso básico en la construcción europea y una concepción más justa de la globalización mundial.
Méndez respondió a la patronal que "ni despidos más baratos ni desregulación ni recortes sociales. Lo que España necesita es un nuevo contrato social basado en la seguridad y la estabilidad en el empleo".
Al margen de debatir esos retos pendientes, el congreso de UGT tiene que despejar en esta ocasión muy pocas incógnitas. Una de ellas es la composión de la ejecutiva, con la salida de tres miembros (Luciano González, Antonio Ordóñez y previsiblemente Sebastián Reyna) para dar entrada a dos antiguos críticos (Teodoro Escorial y Carmen Rangil, u otra dirigente procedente de Cataluña) y una mujer más para ampliar la representación femenina hasta tres de los 11 componentes de la ejecutiva, como pretende Méndez.
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