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Metamorfosis en el Valencia

Cortés teme que Ranieri, artífice de la recuperación, se vaya a otro club español

Se ha consumado la metamorfosis. El Valencia se pasó los primeros 14 partidos de Liga ejerciendo de Mister Hyde: acumulando registros negativos (nueve derrotas, dos empates y tres victorias), despropósitos directivos y desastres diversos que derivaron en la destitución del entrenador (Jorge Valdano) y la dimisión del presidente (Francisco Roig). Pasado ese mal trago, el nuevo presidente, Pedro Cortés, se vistió de Doctor JekyII e inició una etapa pacificadora, exitosa y fructífera (ha ganado nueve de los 14 partidos, además de dos derrotas y tres empates).

La contribución de Cortés, nombrado presidente el pasado 2 de diciembre, cabe centrarla en estado de paz y concordia que ha logrado imponer en un club acostumbrado a la convulsión y el enojo permanente del ex presidente Roig. Por ahí el mérito de Cortés, que, por cierto, se las verá probablemente con su antecesor en unas previsibles elecciones para el próximo verano.

Pero la mayor carga de profundidad en la transformación del grupo pertenece sin duda a su entrenador, el italiano Claudio Ranieri, que ha logrado implantar un estilo de fútbol directo, vertical y muy práctico, sobre todo para jugar a domicilio, donde ha logrado vencer en el Camp Nou, el Bernabéu y San Mamés.

Grupo cohesionado

Es un grupo cohesionado, presionante y con la punta de rapidez y calidad que le ha inyectado la llegada en diciembre del rumano Adrian Ilie, que se ha convertido en la sensación de la segunda parte del campeonato. Ahora, los directivos del Valencia ya temen que alguien les arrebate dos de sus bienes más preciados: el técnico italiano (con un año más de contrato) y el delantero rumano (con una cláusula de rescisión de 6.000 millones de pesetas)."Me huele mal lo de Ranieri. Se puede ir a algún equipo de Madrid", dijo ayer un directivo del Valencia, ante la posibilidad de que el técnico romano, que tiene una temporada más de contrato, abandone el club de Mestalla al acabar la temporada.

Las manifestaciones del entrenador han sido ambiguas al respecto: "No lo he decidido todavía. El club sabe que tengo problemas familiares", señaló Ranieri en alusión a la imposibilidad de que su hija, de 17 años, pueda venir a Valencia a continuar sus estudios de lenguas al no encontrar un centro adecuado.

Además de por los estimables resultados, el trabajo de Ranieri está siendo muy valorado en Valencia después de que haya conseguido españolizar el equipo. Siete jugadores nacionales iniciaron el partido del lunes ante el Mérida, en contraste con la proliferación de futbolistas extranjeros al principio de Liga, algunos de los cuales fueron purgados por Ranieri: Romario, Marcelinho y Saïb, además de Ortega, que sigue en la plantilla aunque en estado marginal. Es decir, Ranieri optó por europeizar el equipo y no sólo para la presente Liga, sino para la siguiente: Lucarelli, delantero centro italiano del Atalanta, de 22 años, se ha comprometido con el Valencia para los cuatro próximos cursos. Otra cosa es que el preparador italiano continúe o no en el club de Mestalla.

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