El Barca se propone no caer en la euforia
Los azulgrana ven cerca el título si mantienen su actual nivel de juego
Van Gaal no da ni un respiro. El Baça no tuvo tiempo ayer ni de saborear su goleada ante el Madrid. Sin casi tiempo para leer los periódicos ni ver las imágenes por televisión, como reconoció el portero Hesp. El equipo, que se sintió feliz aunque lejos de la euforia, parte hoy hacia Dortmund para disputar la vuelta de la Supercopa de Europa ante el Borussia Dortmund [2-0 en la ida]. "Casi no hay tiempo de disfrutar. El miércoles tenemos un partido importantísimo y será clave ganar el primer título", afirmó Figo. Puso los pies en el suelo: "La Liga está más cerca [cinco puntos sobre el Madrid más el del goal average], pero tenemos la experiencia de haber perdido ya siete puntos de ventaja. Cada domingo hay sorpresas. Lo mejor es que dependemos de nosotros mismos y tenemos que seguir así hasta el final".
Aquel primer bache -y el de las alucinantes derrotas de los últimos minutos ante el Salarnanca y el Valencia- hizo daño y el Barça se propone no volver a caer. No quiere el grupo dar más motivos para que se hable de la Virgen de Fátima, de despilfarro o de la consternación de los compases finales. "Ya se sabe que cuando tocas el cielo, puede venir el bajón", dijo Amor justo cuando el árbitro silbó el final del partido. "Más que nunca, hay que ser humildes y trabajar como siempre". "Hace sólo cuatro semanas, sufrimos para ganar al Sporting, el colista", recordó Hesp. "Nos quedan 11 partidos [incluye el partido del Betis, que está pendiente]. Son muchos puntos en juego y esta Liga es muy competitiva".
La racha, sin embargo, es tentadora: los azulgrana no pierden desde el pasado 25 de enero (cayeron entonces por 3-0 ante el Deportivo). De los últimos 10 partidos -entre Liga y Copa- han ganado 7 y empatado 3, con un balance de 22 goles a favor y 6 en contra. Y han amarrado además una plaza en la final de Copa. En el vestuario empiezan a hacer números. Pese a que el Barça tiene un calendario más fuerte que el del Madrid, el grupo intuye que si no pierde puntos en casa -les quedan seis partidos en el Camp Nou- se acercarán al título.
"¿Qué ha cambiado?"', reflexionó Figo. "Seguramente los resultados nos han dado mayor confianza y se ha establecido una química especial con la afición. Estábamos jugando miércoles y domingo y acusábamos el cansancio. En esta recta final, con menos encuentros entre semana, tendremos más tiempo para prepararnos mejor". "Tenemos más libertad, nos sentimos más seguros y mantenemos más la posesión del balón", apuntó Giovanni. "Los delanteros estamos más tranquilos porque en defensa estamos mejor", añadió Anderson.
Van Gaal, exultante, crecido -ayer se dejó retratar con una corbata azul marino estampada con pequeños elefantes blancos, que dice que le traen suerte-, aportaría más cosas para explicar esa mejora. El holandés, que mantiene una férrea disciplina -castiga quitando fuera del equipo a quien comete fallos o el menor gesto de indisciplina-, sostiene que sus jugadores han acabado por asumir los automatismos de su sistema y han mejorado en su posición táctica.
El entrenador ha sacado más pecho que los jugadores, pero éstos tampoco han aceptado las quejas del Madrid. Nadie dio crédito ayer en el Camp Nou -abarrotado ayer por cierto de periodistas portugueses e invitados de Robson, Hesp y Hoeck, el entrenador de porteros- a la tesis de que Gracia Redondo decidió el partido expulsando a Hierro. "Mucha gente vio el partido. El colegiado no ha interferido en el resultado y ha aplicado la ley. Con el trabajo que hicimos no es justo decir que ganamos por eso. Fuimos mejores, y hablar del árbitro es una excusa para justificar el resultado. Se notó que venían al contraataque", dijo Figo.
Hesp, entusiasmado tras vivir por primera vez un Barça-Madrid en la Liga -"es imposible jugar mal con tanta gente y más difícil luego poder dorrnir"-, fue más allá en su análisis. "No tuve la sensación de que quisieran ganar. Sólo estaba Raúl como media punta. Únicamente pasé apuros con el doble palo. Llegué a pensar que era gol cuando me di la vuelta", dijo, haciendo una mueca y admitiendo su fortuna.
"Cuando pierdes, no hay que buscar excusas. Hay que aceptar las derrotas", dijo Giovanni, que se quitó la camiseta tras meter el tercer gol. El brasileño, que ha marcado en los cuatro partidos ante el Madrid este año, dijo que no pudo reprimir ese gesto. "Es una emoción demasiado fuerte cuando marcas en un derby", dijo. A Van Gaal no le gustan los excesos de Giovanni: "No le perdono. Es poco inteligente porque sabes que recibirás una tarjeta". ¿Y la tarjeta?, se le preguntó al futbolista, en alusión a que tiene que abonar una multa. "La pago".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.