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Caminero "llevo años así y a veces no se aguanta"

Diego Torres

"¡Joder, cuantos micrófonos!", ironizaba ayer el centrocampista del Atlético de Madrid José Luis Pérez Caminero sobre la expectación creada en torno a su arrebato del último martes, cuando, después del partido contra el Aston Villa, bajó a los vestuarios del Calderón y le dijo al presidente del club: "En junio me voy, si me pitan no puedo seguir". Ayer, tras el entrenamiento matinal en Boadilla, no pudo resistir la insistencia de la prensa y se aclaró en público.

"Fue un comentario que yo le hice off the record a Gil... y salió a la luz pública; me sentía dolido por las recriminaciones que me hace un sector del público". Caminero, con el pelo mojado después de la ducha, se pronunció con ritmo. cansino. "A mí me gustaría retirarme aquí, pero llevo dos años con la misma monserga y a veces no se aguanta, hay un sector del público muy minoritario que no me perdona, no me valora. Uno nunca sabe a qué atenerse, y así es muy difícil jugar al fútbol".

Todo comenzó a tomar forma allá por la Eurocopa de Inglaterra, en junio de 1996. Caminero era entonces un jugador en alza, consolidado en la púrpura del mejor grupo de futbolistas de España. Los rencores de la afición del Calderón se hicieron plausibles tras su súbito anuncio de que quería dejar el Atlético. Estallaron los rumores. Se dijo que estaba negociando un contrato con el Barcelona. Que tenía problemas personales que le empujaban a dejar Madrid.

El martes pasado, ante el Aston Villa, Caminero perdió un balón en el centro del campo. Cuajaba un partido brillante, parecía el hombre más lúcido de su equipo con el balón en los pies y tenía valor para arriesgarlo dando pases inverosímiles. Además, jugaba infiltrado, no estaba totalmente recuperado de su lesión. Pero perdió un balón en el segundo tiempo y le pitaron. "¿Los ingleses?, "¡ojalá hubieran sido ellos!". "Me gritaron en perfecto castellano, escuché muy bien mi nombre. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que se escucha un murmullo de reprobación cada vez que pierdes la pelota".

"Si esto sigue así hasta el final de temporada, no sé". El jugador, de 30 años, dice que prefiere esperar. "Yo estoy seguro de que al final voy a cambiar los silbidos por aplausos". Y le pide "comprensión" a la afición. "Cuando un jugador da lo máximo, se le tiene que reconocer. Cuando veo que la gente que quiero me hace esto, me pongo muy mal".

Caída de López

El doctor Villalón fue otro de los que comparecieron ayer al término del entrenamiento. Anunció que hoy se le hará una artroscopia a Juanma López para determinar si se ha vuelto a lesionar el ligamento de la rodilla por el que fue intervenido hace tres meses. De tener el ligamento afectado, sería necesaria una nueva intervención quirúrgica. López se cayó por la escalera de su casa el lunes y se produjo una serie de contusiones en la rodilla operada. Aunque Villalón es optimista, una nueva operación podría retrasar el regreso del jugador hasta la próxima pretemporada.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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