Cinco extranjeros detenidos en Alicante tras fracasar en el secuestro de un joven
Las prisas han arruinado la carrera delictiva de una banda de secuestradores del Este de Europa que operaba en la Costa Blanca. Tras fracasar el pasado jueves en el rapto del hijo de un empresario ruso en una urbanización turística de Dénia (Alicante), los cinco miembros de la banda se dieron tanta premura en cancelar el alquiler de los vehículos y el chalé que habían utilizado que la Policía dio con su paradero y les detuvo en pocas horas.
El jefe de la banda es A. O., un ciudadano ruso de 40 años que fue socio del padre de la víctima -otro empresario ruso- en varios negocios. Por eso, la policía está convencida de que el móvil del secuestro era la obtención de una cantidad millonaria como rescate.Según los datos recogidos por los agentes, A. O. reclutó a cuatro jóvenes polacos de la ciudad de Poznan para que le ayudaran a llevar a cabo el secuestro. Entre ellos hay tres hombres, V. S., de 23 años; M. W., de 22; A. K., de 27; y una mujer, T. B., de 30 años.
Los cuatro polacos viajaron desde Poznan hasta Berlín, donde les aguardaba el jefe de la banda para dirigirse, todos juntos, a Valencia. Allí alquilaron varios vehículos para desplazarse hasta Dénia, donde arrendaron un chalé en la partida de Santa Lucía en el que pensaban recluir al secuestrado. La policía descubrió, tras detenerles, que habían improvisado un habitáculo subterráneo en el sótano para ocultar a su rehén. Pero la víctima logró burlar a sus captores.
El jueves, sobre el mediodía, los secuestradores cercaron con una furgoneta Ford Tournedo y un Ford Fiesta el coche que conducía el joven ruso de 25 años, I. T. en la urbanización de Les Rotes. Más tarde, el joven denunció en la comisaría de policía en compañía de su madre, O. T., que los polacos le obligaron a salir de su vehículo por la fuerza y "le propinaron fuertes golpes" para reducirlo e introducirlo en la furgoneta.
Sin embargo, la víctima, que practica varios deportes, consiguió prolongar su forcejeo con los cuatro polacos hasta que se percataron del intento de secuestro unos obreros que se encontraban cerca de allí. Entonces, según su relato, los raptores desistieron y se dieron a la fuga en los dos vehículos.
Movimientos de principiantes
Fracasado el secuestro, la escasa experiencia de la banda le llevó, según la policía, a realizar movimientos desesperados de principiantes, que les delataron. En vez de aguardar a que se calmaran las aguas, devolvieron rápidamente las llaves del chalé, entregaron el Ford Fiesta y llamaron tanto la atención en su intento por que les devolvieran las fianzas y borrar pistas, que la policía dio fácilmente con su paradero. En la rápida detención participaron funcionarios de la comisaría de Dénia, con el apoyo del Grupo de Secuestros de la Comisaría Provincial de Alicante.Cuando registraron el chalé, los agentes hallaron diversos objetos utilizados en el intento de secuestro: una careta de goma, rollos de cuerda, cables de plástico, prismáticos, tres equipos de transmisión portátiles, cámaras de fotos, una grabadora, una agenda electrónica y diverso material de ferretería. También encontraron la furgoneta utilizada, que no había sido devuelta.
Al jefe ruso de la banda la policía le requisó los tres pasaportes -ruso, georgiano y alemán- que utiliza para viajar y que también había empleado para alquilar vehículos e inmuebles, así como el pasaporte de la víctima, que había logrado extraerle en el forcejeo. Los detenidos declararon ayer ante el titular del juzgado número 3 de Dénia.
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