El Gobierno cubano desea que el Rey visite la isla durante este año

¿Por qué el Gobierno español no propone al cubano un candidato para ocupar la embajada vacante desde hace más de un año? Esta pregunta se la formulan las autoridades cubanas una vez que poco a poco, las relaciones, por la vía de los hechos, van normalizándose. La pregunta enseguida se traduce en un lanzamiento de la pelota al tejado español, ya que sólo desde ese lado se puede tomar la iniciativa. Así se lo expresó ayer el ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Roberto Robaina, al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia.

El líder del PSOE escuchó de Robaina el deseo de su Gobierno de que el rey don Juan Carlos visite Cuba este año. Almunia abandonará hoy Cuba con destino a México inmediatamente después de haberse reunido con el presidente Fidel Castro y con representantes de grupos de disidentes. "He constatado de las autoridades cubanas, y así lo trasladaré, el deseo de que se produzca la visita del Rey, que sería no sólo el colofón del año 1998, sino el signo de la previa normalización de relaciones". Con esta aclaración, Almunia y sus interlocutores cubanos consideran imposible que el Rey pueda visitar un país en el que no hay embajador. El líder del PSOE conversó con el titular de Exteriores cubano, Roberto Robaina, durante algo más de una hora tras lo cual ambos dieron muestras ostensibles de haberse sentido cómodos. Si en las jornadas anteriores Almunia escuchó de sectores empresariales españoles que operan en Cuba el clamor de que España nombre embajador, ayer le llegó el vivo interés del régimen cubano de acabar con esta situación anómala. Almunia considera que todo esto ha ocurrido por una política inadecuada del Gobierno español con Cuba, pero tampoco el régimen castrista está libre de toda responsabilidad, ya que la retirada del plácet del embajador que había nombrado el Gobierno fue un gesto excesivo. Ahora las cosas parece que han entrado en una vía diferente y poco a poco se van lanzando mensajes de cooperación. El ministro Robaina reconoció que anteayer, viernes, tuvo una larga conversación telefónica con el ministro de Asuntos Exteriores español, Abel Matutes. "No, no hablamos del embajador", aseguró Robaina en tono distendido. "España es la que no ha propuesto un embajador y eso significa que no hay plenitud de relaciones, pero es ese país el único que lo puede solucionar", señaló el canciller cubano encogiéndose de hombros, aunque con la precisión de que España y Cuba "están en un buen momento". De estas conversaciones Almunia lleva varios encargos. Además de pedir al Gobierno español que nombre embajador, en Bruselas se dirigirá al vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín -íntimo amigo de Almunia además de compañero de partido-, para que tome con renovado interés la negociación truncada hace dos años tendente a establecer un acuerdo de cooperación entre Cuba y la Unión Europea. La ausencia de garantías democráticas en la isla. fue uno de los escollos insalvables para seguir adelante. "No hemos hablado de ETA", dijo Robaina. "Sobre este asunto no voy a decir nada", señaló Almunia. Lo cierto es que ambos políticos quisieron estar parte de la reunión a solas, por lo que durante casi media hora los miembros de la delegación que acompañaban a Almunia abandonaron la sala. "Hablaron de todo", reconocieron después fuentes del grupo del PSOE que acompaña al líder socialista. Las inquietudes que el Gobierno español tiene sobre la actuación de los militantes de ETA afincados en Cuba han sido trasladados por Almunia a Robaina. Antes de salir esta mañana hacia México Almunia tenía concertada una entrevista con representantes de la disidencia cubana.