Suiza desmonta una operación de espionaje del Mosad y exige disculpas a Netanyahu

Suiza exigió ayer públicamente a Israel una disculpa tras anunciar que cinco agentes secretos israelíes fueron descubiertos la semana pasada cuando colocaban micrófonos en una residencia particular en Berna, cuyo propietario no ha sido identificado. Uno de los espías está detenido. Indignado, el presidente suizo, Flavio Cotti, protestó: "Se trata de algo intolerable". Un portavoz del ministerio de Exteriores fue más allá: "Es un ataque a la soberanía de Suiza y a las leyes internacionales". El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, admitió los hechos, pero no se disculpó.

Por una parte, este nuevo fracaso del Mosad destapa la profunda crisis que atenaza a los servicios secretos israelíes, en otros tiempos modelo de eficacia. Su responsable máximo, el general Danny Yatom, dimitió el martes pasado por el fiasco en Suiza, seis meses después de otra fallida misión secreta en Jordania.Por otra, el incidente amenaza el buen clima en las relaciones con Suiza, y pone en peligro la visita que el presidente helvético tenía previsto realizar en mayo a Israel. Estos planes se tendrán ahora que revisar "en función de los acontecimientos", según el embajador suizo en Israel, Pierre Monod.

La fiscal general suiza, Carla del Ponte, ofreció ayer detalles del fracaso israelí. Durante la noche del miércoles 18 al jueves 19 de febrero, cinco israelíes fueron descubiertos cuando intentaban colocar aparatos para realizar escuchas telefónicas ilegales en un elegante barrio de la capital suiza.

Eran las tres de la mañana, según versiones de algunos testigos, y tres de estos agentes se estaban introduciendo en el sótano de una mansión privada, mientras los otros dos vigilaban la operación a corta distancia. Advertida por una vecina del barrio, la policía llegó al lugar de los hechos y detuvo a los cinco individuos.

De acuerdo con Del Ponte, una vez interrogados, los cinco confesaron ser agentes de los servicios secretos israelíes enviados a Suiza para efectuar una misión que la fiscal no quiso precisar. Algunos medios de información suizos adelantaron que el objetivo consistía en colocar micrófonos en la Embajada de Irán ante los organismos internacionales de Ginebra, lo cual fue desmentido por la funcionaria. "No se trata de ninguna de las embajadas de Teherán. Todavía esperamos precisiones de la policía cantonal, que ha hecho todo lo que ha podido en este asunto", dijo la fiscal Del Ponte.

Lo que la procuradora no dejó claro es por qué razón sólo se detuvo a uno de los cinco espías capturados. Los otros cuatro fueron liberados posteriormente, y tampoco precisó Del Ponte bajo qué condiciones. Según versiones extraoficiales, tenían pasaportes diplomáticos, lo que les garantizaba la inmunidad, pero este dato no fue confirmado por la fiscalía. Del Ponte sí dijo que ha sido emitida una orden de internacional de detención en contra de los cuatro agentes del Mosad desaparecidos, quienes, a su juicio, "ya han abandonado el territorio suizo".

El Ministerio de Exteriores manifestó de inmediato su indignación. Jakob Kellenberger, secretario de Estado, dijo que "este incidente es inaceptable" por parte de un Estado con el cual Suiza tiene "buenas relaciones". Agregó que la cancillería helvética convocó al embajador de Israel en Berna, el pasado 23 de febrero, para transmitirle una nota de protesta por el incidente que sólo ahora ha salido a la luz.

De momento, Suiza no ha recibido ningún comunicado de disculpa. Sin embargo, según medios israelíes, el gobierno de Netanyahu intenta obtener la liberación de su agente y, para ello, ha entablado negociaciones de alto nivel con los suizos.

Así parecen sugerirlo también las declaraciones de Netanyahu en las que reconoció la detención del espía israelí en Suiza: "Nos estamos ocupando de este asunto; haremos lo necesario para solucionar el problema; no tengo nada que añadir".