El Papa prepara una encíclica contra la filosofía del movimiento Nueva Era
El Vaticano sitúa el paraíso terrenal en África
El Papa prepara para finales de año un documento largo, seguramente una encíclica, dedicado a la filosofía de hoy y sus relaciones con la fe cristiana. Un texto crítico en el que, según los vaticanistas italianos, Juan Pablo II piensa analizar también el impacto de la cultura Nueva Era, difundida en los años ochenta desde California, que rescata todas las creencias arrinconadas por el racionalismo. Una filosofía a la que Karol Wojtyla ha mirado siempre con desconfianza, por su juicio igualitario y permisivo sobre todas las religiones.
Aunque oficialmente el Vaticano sitúa el documento en una nebulosa, lo cierto es que sectores oficiosos admiten que el texto en el que ha trabado también el cardenal Joseph Ratzinger podría estar listo a finales de esté año en la recta. final del Jubileo del Año 2000. Una de las razones que lo justifican es la dedicación del año 1999 -previo al jubilar- a Dios Padre. Según la prensa italiana, Juan Pablo II abordaría en esta encíclica el torno de Dios a la ciencia", en el sentido de que cada vez más científicos se atreven ahora a confesar su fe en la divinidad.El Pontífice vendría a señalar el resurgir (le la religión tras el severo ataque sufrido a manos de la ciencia desde la llegada del racionalismo.
No es probable que el análisis del fenómeno Nueva Era -o filosofía de la Era de Acuario que busca nuevas formas de espiritualidad- reciba el beneplácito de Juan Pablo II. Como recordaba ayer el diario Corriere della Sera, el Papa se ha pronunciado ya dos veces, en 1993, en términos muy duros contra esta filosofía.
A juicio del Pontífice, el riesgo de la Nueva Era está en la visíón "sincrética e inmanente", de este movimiento que tiende a "relativizar todas las doctrinas religiosas", haciendo uso al mismo tiempo de "mitos y símbolos del lenguaje religioso". Un defecto añadido de la New Age es su relativa modernidad porque el Vaticano necesita normalmente tiempos largos para aceptar lo nuevo, sean hallazgos científicos o nuevas corrientes filosóficas. Los estudiosos de la Iglesia acaban de aceptar, por ejemplo, tácitamente esta semana la tesis científica que sitúa la aparición del ser humano -con la misma estructura biológica del hombre de hoy- hace 200.000 o 100.000 años, en la región del sur o del sureste de Africa.
El Vaticano ha anunciado al hilo del congreso internacional sobre el genoma humano organizado por la Academia Pontificia para la Vida que concluyó ayer en la Santa Sede que el Paraíso Terrenal estaba situado precisamente en esa región geográfica. Para ser exactos, según explicó el sacerdote Angelo Serra, profesor de la Universidad católica de Milán, el Edén se situaba "entre Suráfrica y Tanzania". Desde allí "los descendientes de Adán y Eva emigraron a los demás continentes".
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